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El fraude de los invitados falsos en los espacios de testimonios llega a la BBC

Isabel Ferrer

Ni siquiera la BBC, reputada como modelo de buen hacer televisivo, ha podido evitar la irrupción en sus estudios de invitados falsos. Su más reciente tertulia doméstica, The Vanessa show, está siendo analizada por la dirección después de que el rotativo sensacionalista The Daily Mirror asegurara que una actriz fingió ser una esposa apaleada ante las cámaras. La cadena comercial ITV, responsable de un programa similar denominado Trisha, ha admitido también la presencia de personajes "dudosos".

A la vista de los hechos, la Comisión Independiente para la Televisión, órgano que vela por su calidad, y la propia BBC, con su director general al frente, John Birt, han anunciado una investigación al respecto.The Vanessa show y Trisha consiguen todas las mañanas abultadas audiencias con temas de discusión tan dispares como la suerte de las madres solteras o lo difícil que es vivir con una pareja que se tiñe el pelo de colores. La rivalidad es tal que Vanessa Feltz, presentadora de la tertulia de su mismo nombre y antigua estrella de ITV, sólo aceptó una oferta de la BBC cuando ésta superó los 500 millones de pesetas. Precisamente su programa, estrenado hace un mes, ha sido denunciado por el Mirror como un fraude. Savannah Davies, una esposa maltratada que contó allí sus penas, ha resultado ser una actriz en paro que cobró unas 20.000 pesetas por sollozar en público.

En una entrevista concedida al mencionado diario, Savannah Davies asegura llamarse Angelina Candler y haber sido llamada por una agencia de modelos y bailarinas. "Luego hablé por teléfono con un colaborador del programa de Vanessa. A la mañana siguiente me llevaron a los estudios, donde afirmé ser víctima de actos de violencia doméstica". La propia Feltz ha prometido que se investigarán a fondo las acusaciones del rotativo, "una situación de la que yo no sabía nada, por supuesto".

Ante estas acusaciones de fraude, Trisha Goddard, la presentadora que cubrió el hueco dejado por ella en los platós de ITV, ha sido algo más humilde. En un comunicado hecho público ayer reconoció que "alguien ha podido esquivar nuestros controles de seguridad haciéndose pasar por el invitado genuino que buscábamos".

Para los comentaristas televisivos británicos el escándalo era inevitable. Todas la cadenas nacionales emiten tertulias similares y la competencia roza lo grotesco. Mientras la comisión televisiva investiga los hechos, un periódico serio, The Independent, ha pedido ya a la BBC que suprima el programa de Vanessa Feltz. "Para mantenerse en la cima no hace falta recurrir a la basura", rezaba su editorial de ayer.

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