Los jugadores del Madrid se refugian en una ley del silencio indefinida
Los jugadores del Real Madrid han decidido refugiarse en una ley del silencio por tiempo indefinido para combatir la delicada situación que atraviesa el equipo. Así lo anunciaron ayer por escrito a través de un comunicado en el que atacan a los medios de comunicación por unas informaciones que consideran falsas pero que no concretan. La medida adoptada, según reza la nota, fue apoyada unánimemente por la plantilla.El vestuario del Madrid decidió textualmente "suspender las declaraciones a todos los medios de comunicación, en base a la falta de respeto y a las noticias falsas y tendenciosas que se han venido facilitando". La nota no aclara qué informaciones han interpretado así los jugadores.
El segundo punto tampoco facilita pistas sobre el motivo de su malestar: "Manifestar que los jugadores han compartido y cooperado siempre con toda clase de información que se relacione con su profesión futbolística, pero no lo quieren hacer con todas aquellas que sean ajenas a la misma".
"En cualquier caso", añade la nota insistiendo en el misterio, "esta postura se dará por concluida en el momento en que finalicen las causas que las originan, reflejadas en el primer párrafo de esta nota".
"Finalmente", reza el cuarto párrafo, "recoger que el club conoce y respeta esta decisión y manifestar a los socios, peñas y seguidores de nuestro equipo que el fin que se busca es lograr la tranquilidad necesaria para afrontar los importantes compromisos de lo que resta de temporada".
En el último punto, los jugadores intentan dejar claro que la medida adoptada no fue sugerida por el presidente del club, Lorenzo Sanz, en la reunión que mantuvo con ellos el miércoles. "Confirmamos que esta decisión ha sido tomada exclusivamente por la plantilla de jugadores, desmintiendo interpretaciones que señalan lo contrario".
Secuelas de Riazor
La política de no hacer declaraciones es la primera consecuencia en el Madrid tras la dolorosa derrota del domingo en Riazor, donde fue derrotado por el Deportivo por un contundente 4-0. En dicho encuentro, además de producirse una serie de errores inexplicables en todos y cada uno de los goles recibidos, se observaron unos gestos que hablaban a las claras del mal ambiente reinante en el seno del equipo. La acalorada discusión entre Mijatovic y Seedorf tras el 2-0, que exigió la mediación conciliadora de Karembeu para evitar que el incidente fuera a mayores, fue el episodio más sintomático. Tras el choque, un jugador, Guti, reconoció que lo que se vio el domingo en Riazor demostró que "el equipo no está unido". Una palabras las del centrocampista que no sentaron nada bien en el seno de la plantilla. No se manifestaron con menor dureza el presidente, Lorenzo Sanz, ni el entrenador, Guus Hiddink, que coincidieron en afirmar que se había hecho "el ridículo".
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