LA HIJA SECRETA DE PLISÉTSKAYA
La famosa bailarina y coreógrafa Maya Plisétskaya aparentemente tiene una hija secreta de 22 años, que vive en Israel. La historia, de comprobarse que es real, es fantástica y digna de ser llevada al cine: Maya habría dado a luz clandestinamente, a finales de los años setenta, a una hija, a la que renunció, ya que representaba un gran problema para ella y su carrera. Todo quedó en familia, ya que regaló a la recién nacida a Borís Glagovski, un pariente lejano por línea paterna que, paradójicamente, trabajaba en el tenebroso KGB soviético. Sucede que el padre de Maya, Mijaíl Plisetski, que era cónsul en Spitzberg, fue fusilado en el siniestro año de 1937 por los órganos de Seguridad, los mismos del que después fue agente el que 20 años más tarde adoptaría a Yulia, la presunta nieta del diplomático ruso. Por cierto, la madre de Maya, Rajil, fue deportada a Kazajstán, y la hermana de ésta, Sulamif Messerer, que fue prima ballerina del Bolshói y campeona de natación de la URSS, adoptó a Plisétskaya. Precisamente, gracias a Sulamif, que hoy tiene 90 años y enseña en el Royal Ballet del Reino Unido, Maya descubrió el mundo del baile. Y es Sulamif la que, al ver a Yulia, copia de Plisétskaya a los 20 años, le ha creído. Además del extraordinario parecido físico que existe entre Maya y Yulia, ambas son zurdas. Ahora sólo falta que la Plisétskaya reconozca que Yulia es realmente su hija y revele quién es el padre. Yulia sólo sabe que éste era un pintor que hizo escenografías de los ballets de Maya.-
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