"Vuelvo a Madrid con todo mi amor, mi ternura y sin miedo"

Isabel Vargas, la incombustible Chavela (México, 1919), vuelve a Madrid, o quizá nunca se marchó. Le arrastra al escenario la memoria musical de un compatriota suyo, José Alfredo Jiménez, a quien tributará canciones como Un mundo raro, En el último trago (al alimón con Joaquín Sabina), Vámonos o la archifamosa El rey, culmen de una Noche latina donde la acompañan también Víctor Manuel, Lucrecia y Rancapino. Poderosa de voz y con su inseparable jorongo (poncho), Chavela romperá su retiro en homenaje a José Alfredo y su "adorado" escenario, pero lo hará sin el pánico aquel que en los años setenta la empujara a los brazos del alcohol. Fueron unos años difíciles, de olvido y leyenda, de los que se recuperó a principios de los noventa. Esta misma semana sufrió una gastroenteritis que no ha logrado doblegarle el ánimo: con su voz rota, contará al público de Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao lo que José Alfredo le vaya susurrando al oído.Pregunta. ¿Qué ha significado José Alfredo Jiménez en su carrera?

Respuesta. Para mí ha sido un modelo de composición, un ejemplo de la verdadera música mexicana, el sentido y la verdad de esa música. Admiro que, siendo y cantando como charro, pudiese decir las cosas más sublimes del mundo. Era un poeta culto. Su lenguaje era tan hermoso que se le venía de adentro del alma, sin pensarlo.

P. El retorno a Madrid, ¿pesa o emociona?

R. A mí me emociona todo lo que se relacione con Madrid, con España. Lo mejor del mundo es estar aquí y subirme a un escenario. La otra noche, que me sentía tan mal, pensé que si me moría en Madrid, en España, no me importaba, pues reteagusto.

P. Volver al escenario, después de haberse retirado ¿suplicio o anhelo?

R. En este caso no ha sido un suplicio porque yo tenía este compromiso del alma con José Alfredo. Antes no se había hecho porque no surgió la oportunidad. Vuelvo al escenario con todo mi amor, mi ternura y sin miedo.

P. ¿No es un riesgo cantar canciones mexicanas con artistas tan dispares como Lucrecia o Rancapino?

R. No, aunque nos va a costar un poco porque nunca hemos cantando juntos, pero todos son muy profesionales. Cada uno en su ámbito es una maravilla, así que me imagino que todos conjuntados debe de ser más hermoso todavía. Nos une el lenguaje universal que es la música, y no sólo es de México, es de todos los sabores, de todas las noches y de todos los días. Vamos a ser más que hermanos.

P. ¿Qué le gustaría llevarse de la gira que comienza en Madrid?

R. El amor de ustedes y la sabiduría del público.

La noche más latina. Homenaje a José Alfredo Jiménez. Sábado 31, a las 22.00 Palacio de Congresos de Madrid. De 4.000 a 6.000 pesetas.