El masajista del Festina amenaza con desvelar el dopaje de Virenque
"Voet se ha abstenido cuidadosamente hasta el momento de revelar el nivel de dopaje a que estaba sometido Virenque. He dicho bien, por el momento...". Más clímax, y en otoño. Jean-Louis Bessis, el abogado del masajista belga del Festina, hizo esta declaración propia de una película mafiosa de bajo presupuesto ante las cámaras de un informativo de la televisión francesa mientras barajaba con las manos los cuadernos secretos de su defendido. Richard Virenque, no se olvide, es junto a Pascal Hervé, el único corredor del Festina que no ha confesado ante la justicia que se dopaba conscientemente y que sólo podía haberlo hecho por cuenta de otros. Ambos corredores participan en estos momentos en la Vuelta.La gran farsa jurídico-federativa-deportivo-policial-teatral y demás de la lucha contra el dopaje en Francia que alcanzó sus momentos más fuertes en el Tour de julio vive un rebrote en todos sus aspectos. Son coletazos, pero el impacto mediático-sensacionalista es el mismo. Volvió el juez Patrick Keil, el limpiador de Lille, de vacaciones a finales de la semana pasada, y volvieron las noticias como por encanto. Willy Voet, el masajista del Festina cuya detención cargado de EPO desencadenó la cruzada, (y cuyas confesiones y cuadernos acabaron con el director, Bruno Roussel, y el médico, Éric Ryckaert), salió en un informativo televisivo ayer. Para contarlo todo. Apoyado por su abogado, organizador del montaje, que tenía en sus manos los preciosos cuadernos en los que el masajista, dicen, tiene anotados sus 40 años de profesión. Su salvoconducto.
Más detenciones
Poco después, más noticias: la policía judicial armada por una comisión rogatoria del juez Keil detuvo en Gap (en los Alpes, cerca de donde vive Voet) a una pareja de farmacéuticos a los que acusa de proveer al masajista de la preciada, prohibida y carísima EPO, y de hacer negocio con ello. Pero Voet, en su papel de delator completo, no se arredró y ante las cámaras explicó cómo entre "Roussel y Ryckaert" estaba organizado el dopaje en el equipo francés y cómo su propio papel se limitaba al transporte de los productos prohibidos por petición del director del equipo ciclista."Eran los médicos los que se encargaban de todo lo concerniente a la distribución de los productos", explicó Voet. "Entre ellos se lo montaban todo. No sé cómo lo hacían. Todos los detalles los llevaba el médico, aunque no estuviera en el hotel de la carrera. Era él [Ryckaert, aún preso cerca de Lille] quien me llamaba por la tarde al hotel y me decía lo que había que preparar. Yo lo preparaba y se lo llevaba a los corredores a sus habitaciones. Allí ellos se lo montaban por su cuenta".
Preguntado Voet si los corredores podían haber sido dopados sin darse ellos cuenta, el masajista procesado respondió con claridad: "No, no, no".
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