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Entrevista:

Entrevista: Antonio Asunción. Aspirante a candidato a la Presidencia de la Generalitat. "No va a haber problemas, esto no son las secundarias del congreso"

Antonio Asunción ha irrumpido de nuevo en la política, para luchar por la candidatura socialista a la Generalitat. Nacido en 1951 en Manises, de donde fue alcalde, fue presidente de la Diputación de Valencia y director general de Instituciones Penitenciarias. Su último cargo fue el de ministro del Interior, que abandonó tras la fuga de Luis Roldán. De su época en Madrid ha heredado la escolta y el coche blindado, algo a lo que ha terminado por acostumbrarse, aunque al principio le incomodó mucho. Pregunta. ¿Por qué concurre a estas primarias del PSPV? Respuesta. Precisamente porque son unas primarias. Es un proceso por el que me comprometí cuando decidí que no debía ir en las listas y trabajar en el partido por la democratización, aunque, esperaba que esto fuera mucho más largo. Los cambios han sido muy rápidos y en este momento me encuentro muy a gusto en mi partido y con ilusión por estas primarias, en las que se concurre para ganar, pero en las que también se puede perder, aunque es un riesgo que asumo. P. Si se presenta es porque se ve con posibilidad de ganar y se considera mejor candidato. ¿Por qué cree que es mejor candidato que Clementina Ródenas y Joan Romero? R. Trataré de dar una respuesta breve, aunque es muy difícil, en la medida en que al contestar sin más podría caer en un ridículo autobombo. Es importante recalcar que éstas no son las primarias norteamericanas, es otra cosa, es un proceso separado de los congresos. Los candidatos somos del partido socialista y no se podría entender que fuésemos como en un proceso de elecciones generales, donde se hacen reiteradas observaciones del adversario. Nos unen muchas más cosas que las que nos separan. Por otra parte, los programas electorales se elaboran en el partido y los candidatos aportamos ideas y decimos cosas que después se podrán recoger o no. Con lo cual, qué queda, el autobombo, y eso a veces es difícil hacerlo sin rayar el ridículo, y yo no quiero hacerlo. P. Joan Romero tiene el aparato del partido, Clementina Ródenas dicen que cuenta con el de Lerma. ¿Tiene usted una estructura? R. Es evidente que no, a las pruebas me remito. Yo me presento como militante de base que soy, no de las bases, de base, con apoyo de muchos afiliados y afiliadas, nada más. Es bien conocido que no tengo nigún cargo orgánico, tengo la solidaridad de muchos compañeros y compañeras que creeen que debo presentarme y dar la cara. P. ¿Cuánto dinero le va a costar esta campaña? R. Pues no sé al final lo que nos costará, hemos hecho un crédito, creo que de medio millón de pesetas, entre el grupo que estamos y no sé al final, cuando repartamos los gastos, si haremos bonos o repartiremos a tanto por uno. Puede que sea más si incluimos los viajes, pero eso ya asumo que tengo que pagarlo yo. P. Una de las críticas que se le hacen a Antonio Asunción es no conocer a fondo el País Valenciano. ¿Tiene base esta crítica? R. No. Yo no he tenido ningún cargo orgánico como una secretaría que me permitiera tener el pasaporte para viajar, ya se han ocupado otros de que no viajáramos a esos niveles. Tal vez quienes critican eso son los que más impedimentos han puesto siempre para que acudiéramos a lo que consideraban sus feudos. Pero la verdad es que cuando acudimos, venciendo esas resistencias, incluso hoy en día, se encuentra uno con que la respuesta es muy positiva y te dicen "pues no eres como nos decían". P. Estas primarias llegan un año después de un congreso de país que fue traumático, difícil, que levantó ampollas, un congreso en el que usted se decantó por un apoyo muy concreto que permitió la victoria de Joan Romero, al que ahora se enfrenta. ¿Esto le produce alguna incomodidad? R. En absoluto. Yo tengo una visión diferente del congreso; la que usted me describe sería la guerra de Vietnam. Tampoco era eso; fue un cambio como el que se produce en cualquier partido donde cambia una dirección instalada durante muchos años y eso siempre es complejo. Pero aunque al final el congreso se resolvió por una exigua mayoría, fue sólo por lo que respecta a la composición de la dirección; en el debate de las ideas había mucho más consenso, que es lo que me preocupa en realidad, lo que nos aglutinaba. Ahí había propuestas atrevidas, como la democratización del partido, las incompatibilidades..., que tenían un consenso muy amplio. Las primarias son un proceso desligado del congreso, yo sigo apoyando al secretario general y si gano me gustaría que él siguiera. No va a haber ningún problema. Desde luego esto no son unas secundarias del congreso. P. Usted ha dicho en esta campaña que el PSPV puede ganar al PP si consigue ir unido. ¿Es una convicción o una forma de autoconvencerse y de captar votos? R. No, y si no fuera así no lo diría. Yo viví las experiencias de 1977, 79, 82, donde estábamos en la oposición. Estoy convencido de que para vencer en las próximas elecciones generales tenemos que recuperar la Generalitat y los ayuntamientos. Consolidar la unidad del partido es fundamental, no podemos presentarnos como un partido dividido, resquebrajado. Después tenemos que estructurar un programa electoral limpio, con un mensaje que conecte bien, que deje claros los incumplimientos de la derecha y explique para qué queremos gobernar. Y el empleo debería ser el eje fundamental, con todas las políticas complementarias que lleva consigo, asuntos sociales, sanidad, educación... Y aquí hay un aspecto fundamental, es necesario ilusionar al partido, convencerle de que es posible ganar; con poco que nos esforcemos lo podemos conseguir, de eso estoy seguro, porque conozco este partido desde hace muchos años, sé que tiene capacidad de movilización y ahora somos muchos más que en 1982 y, aunque no dispongamos de la televisión y la radio públicas y de los medios que tiene el PP, disponemos de un potencial humano importante para planificar una campaña electoral que, eso sí, será larga, empezará el día 28. P. ¿Qué no tiene que hacer el PSPV para ganar las elecciones? R. Lo que no debe hacer es dar imagen de división, aunque no hay que renunciar nunca al debate, que es enriquecedor. Y sería bueno que las listas se elaboraran con un sistema abierto, delegando la responsabilidad a las ejecutivas comarcales, configurando una descentralización del poder político, que ahora está totalmente concentrado en Valencia. El primer gesto que hay que hacer por la actual dirección es una renuncia expresa al control desde la comisión de listas en favor de las comarcas, estableciendo un procedimiento de selección democrático y con listas abiertas, participativas. Así podríamos hablar también en el futuro de una nueva ley electoral en la que la circunscripción provincial fuera sustituida por la comarcal. P. De cara a esa campaña electoral, ¿es usted vulnerable por lo que sucedió con Roldán? R. Al contrario, prefiero que se comente, porque es una de las cosas en las que más solidaridad me ha mostrado la opinión pública, que la gente más ha valorado en mí, sobre todo porque con el paso del tiempo se puede ver que el ex director de la Guardia Civil no se fugó, sino que no se presentó a una citación judicial, y que el ministerio no tenía responsabilidad de vigilancia policial. Había que hacer un gesto de solidaridad con el Gobierno y yo lo hice, no esperé a que me lo pidieran. Después de todas aquellas calumnias de la derecha, Roldán está en la cárcel. P. ¿Se puede producir un efecto Asunción tras las primarias? R. Aquí no hay procesos comparables y mi apellido no se presta para ello, aquí no hay efectos de ningún tipo, el efecto será el del partido, no soy ningún efecto singular, ni pretendo serlo.

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