Malo para los dos
El empate perjudica las aspiraciones de Celta y Compostela
Escrupuloso con la tradición, no se dejó vencer el Compostela por el Celta ni en el octavo intento, cuando los de Vigo más lo necesitaban. Sigue sin ganar a los de San Lázaro el equipo de Irureta en Primera División y llega sólo con la inercia a la hora de la verdad de la temporada, cuando más le favorecía el calendario. Lo de ayer fue un mal menor, porque el empate en un partido repleto de goles y exento de rivalidad llegó en el minuto final y de penalti. Lo peor puede ser que el resultado no sirva para ninguno de los dos equipos, que tanto aprecio se tienen y tanto daño se causan.Tal vez menospreció el Celta el potencial de su rival. Mal cálculo, porque reúne el Compostela un grupo de jugadores dignos de una Liga tan competitiva como la española. Sin bajas, como ahora anda, el grupo de Gabriel Leis presenta una defensa firme, un centro del campo trabajador y no exento de talento y un ariete en excepcional forma como Penev.
Celta: Dutruel; Óscar Vales, Eggen, Djorovic, Berges (Geli, m
57); Ito (Moisés, m. 46), Mazinho; Karpin, Mostovoi, Revivo (Cadete, m. 72); y Sánchez.Compostela: Rafa; Llorente, Villena (Tabuenka, m. 72), Bellido, Nacho; Passi; Mauro, Fabiano, Lekumberri, Chiba (Sion, m. 80); y Penev (Popov, m. 81). Goles: 1-0. M. 9. Berges recoge un balón suelto fuera del área y bate a Rafa de duro disparo. 1-1.M. 27. Chiba recoge un rechace de Dutruel y establece el empate. 1-2. M. 37. Lekumberri, en el área pequeña 2-2. M. 61. Sánchez remata a placer un centro de Moisés. 2-3. M. 80. Sion se va de Djorovic y bate a Dutruel de fuerte disparo. 3-3. M. 90. Penalti que transforma Moisés. Árbitro: Daudén Ibáñez. Mostró tarjeta amarilla a Berges, Mauro, Revivo, Djorovic, Fabiano y Passi. Unos 28.000 espectadores en Balaídos.
Mientras el Celta se obsesionaba en entrar con el balón en la portería de Rafa, condicionado por su muy escasa capacidad de remate, el Compostela comenzó a explotar los puntos negros de los de Irureta. Chiba gozó de bula por la banda izquierda, Penev rebajó la cotización de Djorovic y Fabiano brilló en una tarde gris de Ito.
Con todo eso y con un par de indecisiones de los centrales célticos, el Compostela levantó antes del descanso un tanto que había anotado Berges a los 10 minutos. En los dos goles se benefició el equipo de San Lázaro de rechaces que cayeron en sus pies. No por casualidad, porque no fue el Compostela el equipo hiperespeculativo que visitaba Balaídos con Fernando Vázquez, sino un conjunto que cuando se decidió a subir lo hizo con todo.
Se le podrían discutir otras decisiones a Gabriel Leis, pero desde luego no metió a los suyos en la caverna. Se le podrán cuestionar por ejemplo los motivos por los que enganchó la defensa al centro del campo en la segunda mitad, y dejó tantos metros para las llegadas del Celta. Ése fue un factor importante de la rehabilitación celeste tras el descanso; ése, y la inquietante presencia de Moisés en el área visitante. Comenzó fallón tras incorporarse al partido a la mitad, pero su simple ubicación en la plaza destinada al ariete clásico añadió un plus de peligrosidad a todas las acciones de ataque viguesas. En una de tantas, aprovechó ese gran espacio a espaldas de la zaga compostelanista y puso el balón en el pie de Sánchez para que sólo tuviera que empujarlo.
El derby estaba todavía repleto de sorpresas. Se planteaba la media hora de partido que aún restaba como un margen de maniobra suficiente para devolver a Balaídos la aureola de campo imposible. Pero nuevamente despreció el Celta la capacidad de su vecino del norte. En medio de una alocada búsqueda del gol definitivo, que Javier Irureta intentó atrapar por la vía de la acumulación de delanteros, un semiinédito llamado Sion se quitó el chándal, se dirigió a la medialuna, acarició el balón por primera vez y de espaldas a la portería y de un quiebro y un disparo impresionante salió un golazo.
Puestos a no ganar, se encontró el Celta con el empate con el partido ya agonizante. El gol llegó tarde y de penalti protestado; lo transformó Moisés y permitió al equipo de Irureta seguir en la tabla donde conviene. No para romper el maleficio del Compostela, pero ésa es otra historia.
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