Los atributos de dos presidentes

"Eres la quintaesencia del cinismo, de la mentira y de la hipocresía y de la puñalada por la espalda", fue la despedida que Jesús Gil, presidente del Atlético de Madrid, dedicó al del Athletic de Bilbao, José María Arrate, y con la que se cerró el jueves el programa de la SER El Larguero. Los presidentes de los dos clubes se enzarzaron en una discusión barriobajera, exenta de cualquier buen modal y llena de descalificaciones mutuas. Gil aprovechó la oportunidad para responder, en el estilo que le es habitual, a la maniobra de Arrate.

El presidente del Athletic, a través de su club y como directivo de la Federación Española que preside otro vasco, Angel María Villar, antiguo jugador del equipo bilbaíno, ha redactado y dirigido una carta a varios presidentes de Primera División en busca de apoyo para prescindir de Gil en la Liga Profesional, de la que es vicepresidente. El objetivo pretendido es evitar las críticas que reciben los árbitros por parte de Gil y que Arrate y otros presidentes de clubes, directivos a su vez de la Federación, estiman que condicionan la labor arbitral.

Arrate fue el primero en intervenir en el programa El Larguero para matizar informaciones sobre este asunto. Aseguró que su intención no es la de echar a Gil de la Liga, como tampoco colocar en su presidencia a Txomin Guzmán, vicepresidente del club bilbaíno Arrate también insistió en que el Athletic no actúa al dictado de la Federación, cuyo presidente y secretario general mantienen numerosos conflictos con Gil, al que han presentado incluso una querella en los tribunales ordinarios. Cuando acabó la intervención del presidente del Athletic, en el programa radiofónico le correspondió el turno a Gil, que criticó con dureza a Arrate.

Cuando el programa estaba ya fuera de tiempo, con los dos presidentes en antena, ambos se enzarzaron en este diálogo que se reproduce textualmente:

Gil. Coño, que te digo que a éste [por Arrate, presidente del Athletic] le incito, le cito y le reto a que vaya a la Liga Profesional y que me diga a mí en mi cara, porque luego no tiene cojones para decir nada.

Arrate. No tengo que demostrar nada a nadie y que ese señor que dice que no tengo atributos es un canalla, porque yo tengo las cintas grabadas del día aquel de la Liga y las voy a dejar a tu disposición. Las tengo grabadas. Y en ningún momento me dijo esto. Y le cogí aparte y le dije que si tiene cojones que me demuestre que eso es verdad.

G. ¡Que te olvides de Gil para siempre!.

A. ¡Haz el favor de dejarme en paz!. El día que desaparezcas... del mapa del fútbol harás un gran bien.

G. Gente como tú se tiene que ir. Gente como tú estorba aquí.

A. ¡Pero qué carota eres, por Dios!. ¡Qué cara dura!.

G. Doble moral, doble conversación, puñaladas por la espalda...

A. ¿Dónde? ¿dónde? ¿Dónde doble moral?

G. Oye, mira, el próximo día en la Liga te lo voy a decir despacito y grabado.

A. ¿Qué vas a decir? ¿Qué vas a decir tú, hombre? ¡Hay que tener cara dura, dios mío!.

G. La esencia del cinismo, de la mentira y de la puñalada por la espalda.

A. ¡Hay que tener cara dura!.

G. Gente como tú, yo me encargaré que se vayan del fútbol...

A. No, no, no te preocupes...

G. Tú no me vas a echar a mí de la Liga, descuida. Que yo soy el dueño del club. Tu estás puesto ahí a dedo y como tú sabes que estás puesto.

A. Que no tengo ningún interés, que yo gané unas elecciones dos veces, que no me preocupa lo que digas tú.

G. Ya, ya...

A. Afortundamente tu crédito en Bilbao está agotado, no me preocupa nada.

G. ¡Je, je, je ... !

A. Y yo tengo que defender lo mío.

G. No mezcles ni al Bilbao y a Bilbao. Que tú eres la quintaesencia del cinismo, de la mentira y de la hipocresía y de la puñalada por la espalda...