La oposición en bloque rechaza el 'plan Aguirre' sobre las humanidades

El Gobierno sufrió ayer un grave revolcón político en el Congreso. Por 180 votos frente a 151, la Cámara baja pidió la retirada del plan de humanidades, el proyecto más emblemático de la ministra Esperanza Aguirre. Los diputados del PP, que se quedaron solos en su defensa, despidieron con aplausos a la ministra, que abandonó el hemiciclo al borde de las lágrimas y entre gritos de "dimisión". El trago fue doblemente amargo para el Ejecutivo: sus socios de CiU y el PNV votaron con el PSOE, IU, Coalición Canaria y el Grupo Mixto.

La verdadera batalla había comenzado horas antes, en los pasillos y en los despachos de la Cámara, donde los diferentes grupos parlamentarios negociaron hasta última hora los términos que incluirá la proposición, siempre basada en la redactada por los socialistas. De acuerdo con el texto votado, el Congreso de los Diputados solicita que se retire el llamado decreto Aguirre y que, a la vez, se realice un dictamen sobre la situación de la enseñanza de las humanidades, comparándolo con otros países de nuestro entorno y analizando la situación en todas las comunidades autónomas. En la redacción de ese informe participarán los responsables educativos de las comunidades con competencias en materia educativa. Pese a esta derrota parlamentaria, el presidente del Ejecutivo manifestó que el plan rechazo afecta a la mayoría del país y que el Gobierno seguirá trabajando para sacar adelante esta inciativa. José María Aznar, en una entrevista a Tele 5, afirmó anoche: "Todas esas cosas [los objetivos del decreto] son tan razonables que, al final, la razón y el sentido común deben prevalecer. Ahora, el Gobierno está en su sitio, y vamos a ver dónde están los demás, si del lado de la razón o del lado de la sinrazón". También expresó su convicción de que el desencuentro con sus socios nacionalistas no afectará al pacto de legislatura.