Primeras fricciones

La jornada anticipó al sábado la mayoría de sus mensajes: el cambio de líder; la confirmación de que con Guardiola al mando el Barça es mucho más Barça y de que en esta Liga de las estrellas que no lo está siendo tanto el conformismo lo pagan todos -el Madrid lo comprobó en Oviedo-; la enésima prueba de que, aunque gane, al Atlético le está costando salir de su crisis de juego; la pinta que tiene de irremediable la condena del Sporting, y hasta los sueños UEFA del Espanyol. Pero, sobre todo, la aparición de las primeras diferencias entre Lorenzo Sanz y Jupp Heynckes. "El Madrid no se puede echar atrás de una forma tan lamentable", dijo el presidente tras el partido en Oviedo. "Hay que entender un poco de fútbol", contestó Heynckes.Ayer, sin un Madrid, un Barça o un Atlético que llevarse a la boca, el Betis decidió alzar la voz. Fue el gran héroe del domingo. Goleó en casa -algo que ni los más viejos del lugar recordaban- al Tenerife (3-0) y avanzó que en breve estará en lugares clasificatorios más altos. De momento, nadie en el campeonato enseña una racha reciente de triunfos como la suya: tres victorias consecutivas. Al Tenerife, que no levanta cabeza tampoco tras el trueque Víctor Fernández-Artur Jorge, le mató Finidi, autor de los tres tantos.

También se hizo notar el Salamanca, único equipo al que el cambio de entrenador parece haberle surtido efecto. Recibía al Deportivo y al cuarto de hora Madar ya le hacía ir perdiendo. En ésas apareció Pauleta, anotó tres tantos (César Brito marcó otro) y dio la vuelta al partido (4-1). Desde que llegó Txetxu Rojo a su banquillo, el Salamanca respira: dos victorias, dos empates y una derrota. Ayer cedió al Valencia su plaza de descenso y hasta dejó atrás las de promoción.

El conjunto de Ranieri pasó por el que, a la vista de los números, se ha convertido en el escenario más complicado del torneo: Anoeta, donde la Real no pierde desde hace ocho meses y sólo había cedido un punto (ante el Atlético) en lo que iba de Liga. El Valencia acarició la victoria, pero sólo empató (1-1). Y se metió por ello en zona de descenso.

Otro campo difícil es el de Balaídos (siete triunfos del Celta en ocho partidos). Y ayer lo comprobó el Valladolid (2-0).