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Reportaje:ESPERANZAS PARA SIDNEY 2000

"No, no me voy a meter contigo"

La halterofilia femenina española está en la élite mundial con seis chicas júniors

"Oye, si me pegan te aviso para que me defiendas", o "No, no me voy a meter contigo". Son las frases tipo y tópicas de los chicos que conocen. La suelen decir después de sorprenderse del deporte que practican Fani, Becky, Rambo, Pepi, Mónica y Lourdes. No es un equipo de voleibol, sino las seis mejores levantadoras de pesas de España. Media docena de esperanzas de medalla para los Juegos de Sydney 2000, donde la halterofilia femenina debutará como deporte olímpico.Si quedaba alguna duda de la enorme aportación de las mujeres a la mejoría deportiva española, este caso es el más fuerte. Tras brillar en las modalidades de combate, como yudo, taekwondo o karate, faltaba su incorporación a la élite en un deporte tan masculino. Y aquí están. Ya habían superado en los últimos tres años los 100 podios internacionales, además de siete récords mundiales. El pasado verano, junto a los juniors masculinos, sumaron 20 medallas más en los Europeos absolutos de Sevilla. Y se perdieron los Mundiales junior, porque todo el equipo está aún en esta categoría. Es el bloque más joven de Europa, con una chica de 16 años, dos de 18, otra de 19 y dos de 20 -en el límite- Y es un bloque compacto, como una familia, que trabaja muy duro. A las órdenes de Gabriel González y Miguel Fernández, muchas veces los siete días de la semana, de 10 a 12,30 por las mañanas y de 16,30 a 18.30 por las tardes. Quien algo quiere algo le cuesta. Y no sólo la fuerza, sino la técnica, que es clave. Las mujeres se desarrollan antes que los hombres y admiten tanto o mayor volumen de preparación. Y en cargas, en relación con su peso corporal, no hay tanta diferencia.

Los Mundiales absolutos esperan a la vuelta de la esquina, del 5 al 15 en Chiang Mai, al norte de Thailandia. España va con la moral de ser el segundo mejor equipo europeo, sólo superado en Sevilla por Grecia, cuyas levantadoras superan los 25 años. El objetivo es quedar entre los ocho primeros y mantener el nivel entre los mejores, asiáticos, sobre todo. Y comprobar si las chinas repiten las sospechosas, por no decir imposibles, marcas de sus Juegos Nacionales, que no fueron homologadas.

"Fani, son las cuatro, así que ya te puedes levantar". Después de la dura jornada matinal y antes de la vespertina la siesta es obligada. El aviso en la Residencia Blume madrileña es entrañable. Los deportistas de élite llegan casi a sentirse en su propia casa, aunque echen de menos a su familia. Fani, Estefanía Juan, con 16 años, es la más joven y la que tiene mejores marcas en porcentaje. Su último gran título ha sido el Europeo de los 50 kilos. Ya ha levantado 65 en arrancada -alzando la carga de una sola vez- y 92,5 en dos tiempos -con una parada en el pecho-. Es una de la joyas surgida de la cantera valenciana de Alzira. "Yo hacía atletismo, corría, y balonmano, pero empecé porque mi hermano me llevó al gimnasio. A él le llevó mi madre porque estaba rellenito". Fani tiene unas becas mensuales de 25.000 pesetas de la federación y 159.000 del programa ADO, que pueden ser las ayudas tipo para todas. Estudia inglés.

Rebeca Sires, Becky, es sevillana y tiene 19 años. También está en la categoría de los 50 kilos, y es casi una principiante. Sólo lleva levantando dos años y fue ya tercera en los Europeos de su ciudad. Su llegada a la halterofilia no fue por un hermano, sino por un primo. Becky estudia peluquería tras hacer el año pasado decoración y un curso de masaje deportivo. Para ella todo es una agradable sorpresa lo que le ha sucedido. "Ni imaginármelo. Y más estar aquí en el equipo". Pero recuerda que no es fácil. "Es muy duro. No todo el mundo lo ha podido resistir. Estar fuera de casa y lo que te cansa la preparación. Se te quitan las ganas hasta de salir por ahí".

A Emilia Fernández, asturiana de Oviedo, la conocen sus compañeras como Rambo. "Bueno, debe ser porque soy un poco bruta. He hecho bastantes deportes, desde patinaje artístico hasta baloncesto con lo bajita que soy". También estudia peluquería, tiene 18 años y levanta desde hace seis. "Porque me gustaba. Lo practicaba la hermana de una amiga mía y en casa no me dejaban hacer full-contact. Nunca había visto levantar a una mujer y me atraía ver lo que se sentía debajo de las pesas". Está en los 54 kilos. No se le dio bien en los Europeos, pero ya mostró su calidad en los Mundiales junior de 1996 cuando ganó los tres oros, arrancada, dos tiempos y total.Y compensa la añoranza de su familia con lo que le gusta el deporte: "Nunca me había separado de mi madre y ya llevo tres años...".

Josefa Pérez, Pepi, es de Almería y está en la categoría de 59 kilos. Es una de las veteranas, con sus 20 años y 10 ya en la halterofilia. Subcampeona de Europa en Sevilla, su comienzo fue distinto y particular: "Al lado de mi casa había un gimnasio y escuchaba los golpes de las pesas al caer. Me atraía". Ha hecho auxiliar de clínica y cursos de entrenadora y de musculación, pero ahora sólo se dedica a levantar. "Siempre he hecho deporte. También jugué al voleibol, porque en Almería hay mucha tradición, y me entrenaba a la vez, pero preferí la halterofilia".

Mónica Carrió, la otra veterana del equipo, con 20 años y otros 10 en la halterofilia, fue bronce en Sevilla, pero es la de mayor palmarés. Pese a ser junior -con la marca de los Europeos hubiera ganado los Mundiales-, ha competido siempre también con las levantadoras absolutas y en los últimos cuatro años no ha bajado del quinto lugar en las grandes competiciones. Está en los 76 kilos y mide 1,70. Toda una planta. Levanta 97,5 en arrancada y 115 en dos tiempos. "Yo hacía baloncesto, pero el gimnasio de Gabriel González [en Alzira] estaba al lado. A mi madre no le hacía mucha gracia, porque no había muchas chicas y no sabía el cuerpo que iba a sacar". Además iba su hermano Lorenzo -que irá también ahora a los Mundiales con Bruno Soto-. A los tópicos une otra anécdota. Un taxista le dijo hace poco: "¡Ah! sí, halterofilia, eso de la espada".

Lourdes Gorostegui, de Zizurkil, cerca de San Sebastián, es la gigante, en + 83 kilos y sabe de títulos y récords. A sus 18 años mide 1,78 y pesa 90, pero cree que con 95 estará en su punto. Empezó por un entrenador del colegio. Estudió hasta COU el año pasado y ahora no hace nada. No tiene novio. Parece que sólo Rambo tiene, aunque hay muchas bromas. "He tenido amigos... sí", dice.

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