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Los temporeros que se han quedado en Holanda trabajan 6 días a la semana

La situación de los temporeros españoles que decidieron quedarse en Holanda a pesar de las duras condiciones de trabajo, ha mejorado ligeramente desde que la consejería laboral de la Embajada de La Haya, intervino para ayudar a los que quisieron regresar a España. Después del informe realizado por las autoridades españolas, que constataron grandes irregularidades, las empresas para las que los trabajadores montan en cadena centros de flores, les han ofrecido la posibilidad de negociar directamente sus contratos, al margen de las agencias de contratación temporal holandesa y española que hacían al principio de intermediarios.

Sin embargo, este periódico ha constatado que continúan saliendo de los albergues a las seis de la mañana, no regresan hasta pasadas las nueve de la noche y trabajan al menos seis días a la semana. Según los mismos que se identificaron como trabajadores, en las 12 horas tienen dos descansos -uno por la mañana y otro por la tarde- de un cuarto de hora, paran para comer apenas 40 minutos y les dan de cenar en el mismo sitio en el que trabajan al término de la jornada laboral.

A ello se une que no les consideran el tiempo de descanso como hora. de trabajo y no cobran más dinero por las horas extras como exige la ley en Holanda. Ya no les cambian de albergue cada pocos días, pero continúan durmiendo en habitaciones comunitarias, hombres y mujeres, y carecen de armarios para guardar sus cosas.

Reclamación en España

Desde el pasado miércoles, los aproximadamente 60 jóvenes que se quedaron repartidos en dos albergues en las localidades de Elst y Lunteren, se rigen por la legislación laboral holandesa, cobran un poco más y les pagan al día las mismas compañías para las que trabajan. Tendrán que esperar a regresar a España para poder reclamar a Juventud Profesional, la empresa de Valencia que hizo la selección de personal y con la que suscribieron los contratos, el cobro de las primeros jornales."Antes cobrábamos 800 pesetas y ahora son cerca de 900 a la hora", declararon a EL PAÍS dos españoles del albergue de Lunteren por teléfono que, aunque no quisieron dar sus nombres, se identificaron como trabajadores y aseguraron estar muy satisfechos de las condiciones. Califican a los que se marcharon de "exagerados" y dicen que "se trataba de gente que venía más con la idea de hacer un poco de turismo en Holanda y se encontraron con que tenían que levantarse pronto para trabajar".

Hoy el sindicato mayoritario del país, FNV, que ha denunciado ya las irregularidades, comenzará junto con un representante de la consejería laboral española a visitar los centros de trabajo para comprobar lo que está ocurriendo y emprender, si procede, las acciones legales necesarias.

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