_
_
_
_

Un Don Mendo sin palabras

La compañía teatral de sordos El Grito representa ante todo tipo de público la obra de Muñoz Seca

Al final de cada acto no se oían los aplausos. Pero se veían. El público, sordomudos y también oyentes, levantaba las manos y las agitaba. Así ovacionaban a los 17 miembros de la compañía teatral de sordos El Grito, que interpretó anoche, en la carpa de la exposición Un mundo sin barreras, organizada por la Fundación ONCE en el Retiro, la obra de Muñoz Seca La Venganza de Don Mendo.Fue una función muda, sin voces ni letreros de traducción para los oyentes. Los actores emplearon su lenguaje de signos y el movimiento de sus manos y derrocharon un torrente expresivo de sentimientos, gestos y mucho garbo. Y es que se trataba de un ejercicio de comunicación dirigida tanto a los sordomudos como a los oyentes que abarrotaban la sala.

Luis Manuel Calvo, actor profesional y director de la compañía, advirtió, antes de alzar el telón: "He intentado sustituir toda la riqueza y brillantez del texto original por la belleza expresiva y gestual de la lengua de los signos, y las circunstancias cómicas y absurdas en las que se ven involucrados los personajes". A juzgar por la reacción de los que oyen, se consiguió el propósito. La nueva forma teatral triunfó y el público se enganchó. Don Mendo reía, el público se alegraba. Azofaifa agonizaba, y la gente entristecía. "Por las emociones, por la expresión corporal, te enteras de todo", explicó José Antonio Arroyo, que acudió para enfrentarse a un teatro inédito. Marisa, tampoco sordomuda, no perdió detalle: "Me he enterado de todo el argumento", dijo.

Acabada la función, actores y reparto brindaron tras medio año de trabajo. Y es que se habían superado hasta los mínimos inconvenientes. "Han funcionado a la perfección las contraseñas para entrar y salir del escenario o para que bailaran con la música -como ejemplo de señal, la directora levanta su pierna-", dijo Esther Colebrook, directora ejecutiva.

También se controlaron los nervios del estreno. "Cuando alguien está seguro de lo que hace, no hay inquietud", aclaró Gema Píriz, vestida aún de Azofaifa. Para Isabel Merino, la reina, los sordomudos demostraron que son grandes intérpretes: "Tenemos siempre ganas y necesidad de comunicar y no disponemos de la palabra". La compañía El Grito espera llenar ahora más teatros.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_