Guerra sin pedales
Enfrentamientos por Blanco El abandono de Tonkov / Victoria al 'sprint' de Svorada
Ya hay vallas esperando en la Castellana de Madrid la última etapa del domingo. Es todo un síntoma. Están aún agrupadas por lotes cada 20 metros, pero podían desplegarse ahora mismo. Sólo quedan tres etapas teóricamente atractivas, las dos de la sierra madrileña (aunque no suelan decidir gran cosa) y la última contrarreloj de Alcobendas, en la que encima el suizo Alex Zülle tendrá la oportunidad de sentenciar aún más su previsible segundo triunfo en la Vuelta a España. Pero con jornadas como la de ayer al ciclismo más le valdría cerrar la tienda. Se corrió mucho más en las luchas intestinas que en el pelotón.En el anunciado sprint, el checo del Mapei, Jan Svorada, atacó primero y volvió a imponerse al alemán del Festina, Marcel Wust, que dudó y hasta se le salió un pedal. Fue su tercera victoria de etapa frente la las tres de su rival, al que ha superado de forma en estas etapas de la segunda parte de la Vuelta. Y también una revancha del Mapei tras el antidiplomático varapalo que se llevó el día anterior de la organización por el abandono de Pavel Tonkov.
"Tenía mal la garganta, estaba mal en la clasificación y tenía un niño recién nacido", dijo ayer Fabrizio Fabri, el segundo director del Mapei. Más claro, agua. Aunque el certificado médico no dijera toda la verdad, bastante había hecho ya el ganador del Giro de 1996 con recuperarse de su fallo en Sierra Nevada y dando espectáculo después con sus dos triunfos de etapa.
La verdadera guerra se libró fuera, en los coches. Tras el fichaje sorpresa de. Santi Blanco, el hombre del futuro que tenía Banesto, por el Seguros Vitalicio, el equipo que está formando Javier Mínguez, Eusebio Unzué, el director del equipo del banco, calificó de "inepto" a José Luis Pascua Piqueras, representante del corredor, de "mentiroso" a Manolo Saiz, director del ONCE, y de "comportamiento mafioso" el de Vitalicio. Ayer lo suavizó diciendo: "Bueno, lo dije bajo los efectos de la decepción, pero sólo puse la voz a los motivos que me han dado. Hemos asistido a un mes en el que han coincidido demasiadas cosas negativas, pero tampoco es tan grave. No tengo motivos para estar encantado, pero qué le voy a hacer". Saiz, contento porque a fin de cuentas lo domina casi todo en carrera, fue un tanto irónico: "Yo, voy a callarme por respeto a Banesto, entidad a la que tengo mucho cariño, y dejar que los demás digan".
Deportivamente, todo está tan descafeinado que incluso el único puerto de la jornada, a los 67 kilómetros, resultó un fiasco. Los 20 kilómetros de la subida a las Hoces de Bárcena terminaron en una gasolinera ya cuesta abajo. Un premio de la montaña en el descenso. Insólito. Así, una de las pocas cosas que aún quedan para alegrar el ambiente, la clasificación del mejor escalador, no se alteró.Pasaron siete hombres en cabeza, Milesi, Rue, Colagé, Gorini, Voskamp, Richard y Simeoni, con 10 que siempre queda abierta la lucha decisiva entre Jiménez, que suma 89 puntos, Zülle, también él, 87, Jalabert, 79, o Cerezo, 74. Jiménez se descolgó ayer porque espera. la sierra de su zona para dar las últimas pequeñas alegrías a Banesto. Falta le hace.
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