"En estos momentos soy más famoso que Ronaldo, mañana no"
Kuerten dice que elsecreto de su triunfo fue tomarse la final como cualquier partido
Gustavo Kuerten, Guga, se había hecho popular en Roland Garros mucho antes de ganar el torneo. A diferencia de otros tenistas, el joven brasileño siempre tenía tiempo para atender a un periodista, para tomar una cerveza en el bar o para rasguear una guitarra. Guga, el jugador más simpático, resultó también el mejor. Para sorpresa ya que nunca había alcanzado una final de importancia. Tenía tan poca práctica en los rituales de la victoria que, cuando le pusieron en las manos la botella de champán, no supo muy bien cómo agitarla y abrirla. "Tendré que practicar lo del champán, porque luego lo he catado y me ha gustado mucho", explicó más tarde entre risas. En el colmo de la felicidad, el tenista brasileño reconoció que ayer era tal vez "más famoso que Ronaldo" en su país. "Pero mañana ya no, porque él es el mejor del mundo, y a mí me queda mucho para eso", especificó acto seguido.Guga llevó su modestia hasta la exageración: "Esta final me servirá para aprender", dijo. Reconoció que no se había sentido nervioso en ningún momento: "No pensé en que se trataba de una final, la tomé como un partido más y traté de hacerlo lo mejor que pude, golpeando más y más fuerte, pero siempre relajado". Sólo alcanzó a comprender la importancia de la victoria cuando el sueco Bjorn Borg, seis veces campeón en Roland Garros, le entregó el trofeo. Kuerten no había nacido aún en la época gloriosa de Borg. "Le consideraba un mito, no una persona real. Al verle ahí, dándome la copa, pensé que la cosa era muy seria", explicó.
"Quizá Bruguera estuvo un poco nervioso", comentó, "pero el resultado no refleja la realidad. El juego estuvo muy igualado, y puede que la enorme confianza en mí mismo a lo largo del torneo marcara la diferencia a mi favor".
Mientras Guga hablaba en la sala de prensa, los tambores punteaban la samba de decenas de seguidores brasileños en la avenida principal del club de tenis parisino. El joven deportista dio las gracias a "esos que están ahí fuera, y todos los que estos días me han telefoneado y me han enviado mensajes de apoyo, como Pelé, por ejemplo". Gustavo Kuerten no sabía qué hacer con el dinero del premio -"guardarlo en una cuenta, supongo, si mamá no decide lo contrario"-, sólo sabía que le esperaba una nueva competición en Italia y que había que "seguir aprendiendo".
A Sergi Bruguera le esperaban unos días de descanso en Barcelona, tras un durísimo Roland Garros. "Cada partido me exige mucho esfuerzo, jugar es más difícil que hace unos años", señaló el tenista catalán. Bruguera opinó que sólo había un comentario posible sobre el encuentro: "Kuerten ha jugado mejor que yo y hay que darle todo el crédito". Luego añadió que el viento le había perjudicado en algunos momentos y que en todo momento esperó un bajón del brasileño que no llegó a producirse: "No creía que pudiera mantenerse siempre a tan buen nivel, pero así fue", suspiró. "Cuando llegas a una final y pierdes, no puedes sentirte feliz. Pero estoy orgulloso por el Roland Garros que he hecho, y espero volver", concluyó.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.