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'DOCUMENTOS TV'

Una foto que cambió la historia

Guillermo Altares

En Nada y asi será, el magnífico libro de Oriana Fallaci sobre la guerra de Vietnam, la periodista italiana relata que acompañó a un piloto estadounidense durante una incursión aérea, porque quería saber "lo que siente un hombre cuando lanza bombas sobre otro". "Nosotros, los pilotos, matamos sin ensuciarnos las manos, sin ensuciarnos los ojos, sin ensuciarnos nada", le dijo el oficial después de soltar su anónima carga de dolor y muerte. La historia de Kim, el reportaje que Documentos TV emite hoy en La 2 a las 00.15 horas, habla de la guerra que ensucia las manos y los Ojos, la guerra de las víctimas. Kim fue la niña de nueve años que protagonizó, hace ahora un cuarto de siglo, una imagen que dio la vuelta al mundo, una de las fotos. que mejor han expresado el horror de un conflicto bélico.

Todo ocurrió el 8 de junio de 1972, en la carretera número 1 que unía Saigón con Camboya, en las cercanías del poblado de Trangbang, que acababa de ser tomado por el Vietcong. Se dio la orden de bombardear con napalm las posiciones enemigas; pero los proyectiles cayeron en medio del pueblo. Uno de los periodistas presentes relató que vio emerger, detrás de una cortina de humo espeso y negro, a cinco niños corriendo. Una niña iba en el centro, gritando, completamente desnuda, mientras su piel se caía a jirones a causa del napalm. Nick Ut, un joven periodista vietnamita, cuyo hermano, también fotógrafo, había muerto en la guerra y que, como relata Peter Arnett en sus memorias, había llegado en 1965 a la oficina de AP en Saigón sin saber agarrar una cámara, captó aquella imagen. Ut ganó el premio Pulitzer por una fotografía que cambió el curso de la guerra, porque mostró al mundo lo que estaba ocurriendo en un remoto rincón de Asia.

Este documental, dirigido por Shelley Saywell, relata la historia de aquella niña, Kim Phuc Phan, que ha llegado a convertirse en un símbolo de todas las víctimas de la barbarie bélica. Veinticinco anos después de aquel bombardeo, Kim. vive en Canadá, donde tiene estatuto de refugiada. Está casada y tiene un niño. Las heridas todavía le duelen y no dejarán de hacerlo nunca, porque hay terminales nerviosas atrapadas por las cicatrices. Pasó 14 meses en el hospital y sufrió 17 operaciones. Los médicos consideran un milagro que consiguiese salir con vida. Nunca terminó sus estudios de medicina, porque las autoridades vietnamitas la utilizaron como instrumento de propaganda, hasta que decidió volver a empezar cuando, durante una escala en Canadá, se quedó en aquel país con lo puesto -sus maletas, que contenían casi todas sus pertenencias, se quedaron en el avión-

Aquella niña de la carretera número 1, cuya vida simboliza los horrores de este siglo, dedica ahora su existencia a la reconciliación. "Yo soy la niña que corría para escapar del fuego del napalm. No quiero hablaros de la guerra, porque no puedo cambiar la historia. Sólo quiero que no lo olvidéis", dijo ante el monumento a los muertos en Vietnam, en un parque del sur de Manhattan. Entre los presentes se encontraba el capitán John Plummer, el hombre que dio la orden de efectuar aquel bombardeo. Su encuentro con Kim es uno de los muchos que han sido filmados en este reportaje, que relata la vida que se esconde detrás de una de las fotografías bélicas más famosas de todos los tiempos.

Muchos años después, en 1995, Kim volvió a ser la protagonista de una fotografía, tomada por Joe Mc Nally, que también dio la vuelta al mundo. Esta vez aparece, con el hombro descubierto mostrando sus dolorosas cicatrices, abrazando a su hijo recién nacido. Esta imagen resume el espíritu de este documental: narrar la historia de una mujer que lleva su pasado marcado con fuego, pero que ha luchado por seguir abrazada a la vida. "Han matado a mis hermanos. Pero no quiero venganza. Quiero más hermanos", escribió Elias Canetti al final de la II Guerra Mundial. Ésa es la historia de Kim.

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Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

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