El Tigre arrasa Augusta
Woods tiene al alcance de la mano un Masters al que Olazábal dijo adiós
Augusta El Masters ha perdido su nombre. El torneo de golf que desde 1994 había sido la créme de la créme, la anacronía andante, la institución por antonomasia, ha entrado de golpe en los años 90 y ha pasado a tener el nombre de un programa de televisión.El show de Tiger Woods podría llamarse a partir de ya. La revolución del golf se ha producido en el escenario más simbólico. Irreverentemente podría hablarse de la toma de la casa club del Augusta National Golf Club en abril de 1997 al mismo nivel que la toma de la Bastilla en julio de 1789 o la del Palacio de Invierno en octubre de 1917. Pero ni Robespierre ni Lenin al frente de las masas, sino un chaval de 21 años en plan flautista de Hamelin. Se llama Eldrick Tiger Woods. Es negro como Carl Lewis o Michael Jordan, los últimos héroes de la aldea deportiva mundial. Aún no ha ganado el Masters, pero ha revolucionado el deporte. El Masters lo ganará hoy. Antes, seguirá batiendo récords, entre ellos el de Severiano Ballesteros de más joven ganador. El cántabro tenía 23 años cuando se impuso en 1980. El Tigre, 21 cuando lo haga hoy. Ni Jack Nick1aus, el último mito del golf, tuvo tamaña entrada en escena. El Tigre ha arrasado Augusta y todo lo que significa.
Todas las fuerzas de la reacción se batieron en retirada ante los 65 golpes de la tercera ronda del Tigre, lo que le da un - 15 global (con ello iguala el récord de 201 golpes establecido por Raymond Floyd en 1976; le bastaría hoy hacer 69 golpes para batir el récord del torneo: 271 de Jack Nicklus en 1965 y Floyd en 1976). El segundo clasificado, el bergamasco de 40 años Constantino Rocca, está a nueve golpes del Tigre (nuevo récord, la anterior mayor diferencia tras la tercera ronda eran los 8 golpes de Floyd en el 76); el tercero, el yuppie local Paul Stankowski, a 10. Y qué importan los demás.
"Tendría que ser Merlín el mago para derrotarlo", dijo Rocca después. "El Tigre no es Norman", dijo un compungido Colin Montgomerie (el mejor jugador europeo compartió el partido con Woods, lo inició a tres golpes de distancia y lo terminó a 12) cuando le quisieron dar esperanzas recordándole el desastre del australiano en la última ronda del 96 (desperdició una ventaja de seis golpes ante Nick Faldo).
Entre los demás está también José María Olazábal. Ayer era el día en que el guipuzcoano debía romper, salir de los resultados medios para un lado o para el otro. 0 entraba en la lucha para el triunfo o se quedaba relegado para. los puestos de honor. Desgraciadamente Olazábal rompió hacia el lado malo. En una j ornada irregular -cinco bogeys y dos birdies- el de Hondarribia firmó 74 golpes (+2), quedando con un global de -1 en décimo lugar. Como dicen los suyos, llegar a jugar en Augusta depués del año y medio de martirio ya era un triunfo.
Y pese a toda la propaganda, toda la publicidad, todo el dinero invertido en su figura, Tiger Woods no hace nada aparentemente fuera de lo común. No es un Ballesteros cuando de joven asombraba por su espectacularidad juvenil. Woods, ni eagles ni golpes asombrosos. Es más bien un Induráin. Con regularidad machaca. Tanto que parece correr una carrera para é so o. Siete birdies y ningún bogey ayer. Los demás, a pegarse por la segunda plaza. Y también es insolente. 1 Le tildaron de fantasma cuando dijo que Augusta se podía hacer en 59 golpes. "El campo le pondrá en su lugar", respondieron sus rivales, quienes se alegraron cuando en los primeros nueve hoyos del torneo terminó con + 4. Formaba parte del guión de sus increíbles hazañas, al mismo nivel que las increíbles aventuras infantiles que relata su padre, parece que inventadas cada semana por sus agentes de imagen. El viernes dijo que el campo de Augusta tenía para él un par de 70 golpes, en vez de los 72 que mide para los demás. "Ya le vencerá la presión del liderato", respondieron los mortales. Ayer, todos mudos. Cuestión psicológica. A todos les impone el escenario. Y cuanto más juegan en él, más respeto le tienen al campo. El Tigre, sin embargo, juega en Augusta igual que en cualquier otro torneo del circuito.
"He venido aquí a ganar", dijo el jueves. Ayer todos empezaron a tomarle en serio. Todos le aplauden.
Clasificación
1. Tiger Woods (EEU U), 201 golpes (-15). 2. Constantino Rocca (Italia), 210 (-6). 3. Paul Stankowski (EEUU), 211 (-5). 4. Tom Kite (EEUU), Tom Watson (EEUU), 212 (-4). 6. Jeff Sluman (EEUU), Colin Montgomerie (Escocia), 213 (-3). 8. Ernie Els (Suráfrica), Fred Couples (EEUU), 214 (-2). 10. Davis Love (EEUU), José María Olazábal, 215 (-1).
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