Culebrón de lujo

La ribera del río Jarama a su paso por Talamanca, un pueblo cercano a Madrid, bulle de actividad. Al zumbido de los insectos y a las vocecillas de los pájaros, se suman el ir y venir de cámaras, técnicos, maquilladores, productores y demás ayudantes. Este tropel de gente trabaja en el rodaje del melodrama de Blasco Ibáñez, Entre naranjos, la serie que dirige Josefina Molina para TVE. La realizadora andaluza, con unas enormes deportivas y con un sombrero con flores de tela impone silencio y grita: ¡Acción!. Se filma la toma primera de la secuencia 3, 23. A lo lejos se oye el chapoteo de unos remos. La cámara enfoca su lente hacia una barquichuela pintada de verde. A bordo de ella ríen con complicidad, después de una noche de amor, Toni Cantó (el diputado Rafael Brull) y Nina (la cantante de ópera Leonora Moreno), la pareja protagonista.Esta es la primera vez que Josefina Molina (59 años) trabaja para TVE desde 1983, fecha de la emisión de Santa Teresa. Durante este largo periodo, la directora se ha dedicado al teatro, al cine (Esquilache y Lo más natural) y a escribir su primera novela Cuestión de azar. Hace unos meses rompió este silencio para enfrascarse en el guión de la versión televisiva de la novela del escritor valenciano. Con un presupuesto de 550,millones de pesetas, la serie consta de tres capítulos de 85 minutos y se estrenará el próximo otoño.

El 17 de febrero comenzó el rodaje en Madrid y villas de los alrededores y finalizará casi cuatro meses más tarde en Valencia. El reparto, además, de Ton¡ Cantó y Nina cuenta con Mercedes Sampietro (la absorbente madre de Rafael) y Neus Asensi (su futura esposa). "Rafael es el único hijo de una familia adinerada de Alzira (Valencia) que se debate entre el deber y el placer; entre hacer carrera como político y contraer un matrimonio de conveniencia o caer en los brazos de Leonora", explica Ton¡ Cantó que se ha refugiado en una roulotte, huyendo de un veraniego sol de abril. "Al final, el joven termina renunciando a sus sueños", concluye el actor, quien se siente muy identificado con Blasco Ibáñez "quizá porque los dos somos valencianos".

Desde la génesis del proyecto, Josefina Molina pensó en Ton¡ Cantó para el personaje de Rafael. Elegir a la protagonista femenina le dio más de un dolor de cabeza. "Necesitaba una actriz que fuera alta, con empaque y, sobre todo, que tuviera conocimientos de música", comenta. Sus deseos se materializaron en la figura de Nina. Esta mujer de 30 años ha recorrido las pantallas de las televisiones y los teatros de casi toda España con propuestas como Un, dos, tres, el Festival de Eurovisión, la obra Cabaret o T'odio amor meu, de Dagoll Dagom, sobre unos relatos de la escritora Dorothy Parker. "Vi actuar a Nina en el montaje del grupo catalán y pensé que reunía las condiciones físicas y musicales adecuadas, pues canta, toca el piano, sabe leer las partituras y conoce los secretos del play-back".

A Nina le sorprendió ser elegida para dar vida a Leonora. "Aunque, ahora participo en una telecomedia para TV3, la cadena autonómica catalana, el público me cono ce más como cantante que como actriz", asegura noce Nina que, por exigencias del guión, esconde su melena rizada y oscura bajo una peluca pelirroja y aparece vestida con un salto de cama, obra del figurinista Pedro Moreno, premiado con un Goya al mejor vestuario por El perro del hortelano. "Leonora es una temperamental cantante de ópera más conocida por sus amoríos y su fama de mujer fatal que por méritos musicales. Después de trotar por el mundo, decide regresar a su pueblo natal y sosegarse. Allí conoce a Rafael y viven un apasionante idilio que no tine un final feliz".

Para Josefina Molina, Entre naranjos, tiene todos los ingredientes de un culebrón de lujo: instintos primarios, amores locos, conflictos políticos, hipocresía social, y pasión por el dinero. "Blasco Ibáñez es muy caústico pero tiene mucho sentido del humor y los personajes y situaciones que describe son muy cinematográficos. De esta novela me fascinó, sobre todo, Leonora, una mujer libre y adelantada a su tiempo".

Blasco Ibáñez es, quizás, el escritor español que más pasiones despierta entre guionistas y directores de cine y televisión. Cañas y barro y La Barraca ya fueron adaptadas hace años a la pequeña pantalla y Luis G. Berlanga acaba de terminar una miniserie biográfica sobre la turbulenta vida del político y escritor nacido en 1867 * El cine tampoco ha permanecido ajeno a su influjo. Entre naranjos tuvo en El Torrente su versión cinematográfica (1926) con una casi desconocida Greta Garbo. De Sangre y arena se han rodado cuatro películas distintas interpretadas, entre otros, por Rodolfo Valentino y Tyrone Power y por Rita Hayworth y Sharon Stone, y de Los cuatros jinetes del Apocalipsis, otras dos, la más famosa dirigida por Vincente Minnelli y protagonizada por Glenn Ford.