La víctima canaria de la Copa

Miguel Ángel se perdió ayer el primer partido de una larga serie de encuentros, los que disputará su equipo, Las Palmas, en los próximos ocho meses. No será inferior, dicen los médicos, el plazo de recuperación del joven jugador canario. El hermano mayor de Juan Carlos Valerón fue la auténtica víctima de la semifinal de Copa del Rey que enfrentó a canarios y catalanes en el campo Insular.También lo pasó mal su compañero Manuel Pablo, lateral de 21 años, última revelación de la cantera amarilla: necesitó 12 puntos de sutura para cerrar la brecha que le abrieron los tacos de Amor a escasos milímetros del tendón de Aquiles. Escapó milagrosamente a una lesión gravísima.

Pero no es ése el caso de Miguel Ángel. La entrada de Ferrer tuvo un efecto tijera. Mientras una bota impactaba sobre su peroné, fracturándolo, la otra fijó el pie del jugador canario; la tibia saltó el tobillo hasta acabar tocando el propio césped del campo. Cuando era trasladado en camilla, el jugador se agarraba el pie descolgado con una mano y el abultamiento óseo de la media con la otra. En el vestuario comprobó que la tibia había traspasado la piel y asomaba junto a tendones y vasos sanguíneos estirados. Pese a las suspicacias de muchos, Miguel Ángel no cree que Ferrer tuviera mala intención.

El diagnóstico del médico del club, Juan Suárez, anuncia fractura de peroné derecho, luxación abierta grado III -máxima gravedad-, con rotura de ligamento del toideo y cápsula articular del tobillo derecho. "Esto supone", asegura Suárez, "que no reanudará la práctica deportiva antes de ocho meses, en el mejor de los casos. Cabe incluso la posibilidad de que no pueda volver a jugar, pero no se podrá hacer una valoración real hasta dentro de seis meses".

Miguel Ángel nació hace 24 años en Arguineguín, una localidad costera del sur de Gran Canaria. Ésta es su quinta temporada en la Unión Deportiva Las Palmas y la más conflictiva. Después de participar en el ansiado ascenso a Segunda, el entrenador en aquel entonces, Pacuco Rosales, decidió prescindir de él e instó al club a buscarle equipo. El cese de Rosales en la sexta jornada de Liga y la llegada de Angel Cappa cambió su destino. El técnico argentino había conocido a Miguel Angel tres años atrás, en un partido contra el Tenerife. El día que debutó en el banquillo del Insular lo hizo jugar. Tras el encuentro declaró: "Buscaba al jugador que conocí hace tres años y lo encontré".

Pero ésta no ha sido la temporada de la ilusión. En total, cuatro lesiones: dos luxaciones de hombro y una rotura de fibras en el bíceps femoral precedieron a la que le aleja ahora de los campos de juego.