La pista ya no es el recurso español
En los viejos tiempos, cuando el crédito del atletismo español se reducía a las valerosas prestaciones de Mariano Haro, los campeonatos en pista cubierta servían para camuflar las deficiencias en las grandes competiciones al aire libre. España, que ha tenido una buena tradición de éxitos en la pista cubierta, salió de los Mundiales de París sin ninguna medalla, con dos récords nacionales - Manuel Martínez y Marta Domínguez-, y con una nota discreta. La que se esperaba, por otra parte.En los últimos años, los atletas españoles han cambiado el registro y han preferido aventurarse en la temporada de verano. Las medallas de Fermín Cacho y Antonio Peñalver, los excelentes resultados de los maratonianos y el crecimiento del nivel general, obligan a pensar que la pista cubierta sólo es ahora un recurso y no el objetivo de nuestros mejores atletas.
Aunque la distancia a recorrer con respecto a las grandes potencias europeas es todavía muy considerable, España ha hecho lo mismo que los principales países del continente. Ha acudido a París con un equipo menor con ausencias manifiestas en el medio fondo, Cacho y Viciosa especialmente, y sin demasiado interés en vaciarse en una competición que sólo ha sido cuidadosamente preparada por algunas estrellas -Kipketer, Gebreselasie y El Gerruj- y por los griegos, que ensayan la puesta en escena de sus atletas para los Campeonoatos del Mundo que se celebrarán este verano en Atenas.
Lo mejor de París fue realizado por Marta Domínguez en 3.000 metros. Quedó quinta en una prueba que contaba con varias de las principales aspirantes al título al aire libre. Andrés Díaz alcanzó el mismo puesto en la final de 1.500 metros, una buena noticia para un novato en la prueba. Díaz, que procede del 800, utilizó el Mundial de París como laboratorio. A la luz del resultado, puede esperarse su definitiva instalación en la prueba de 1.500, aunque debe mejorar su capacidad de análisis. Y el mismo quinto lo logró Martínez en peso.
En pértiga, García Chico estuvo por debajo de las expectativas. Ha estado con regularidad en 5,70 metros, y sólo fue octavo con 5,55. El resto estuvo en su papel. Anacleto Jiménez, cuya habilidad en la pista cubierta es conocida, sufrió el efecto de una lesión y de la presencia masiva de estrellas en la carrera de 3.000. Realmente no tenía posibilidades.
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