Jalabert dona sangre y se viste de blanco
Los controles por sorpresa se pusieron en marcha en la París-Niza: ningún corredor sobrepasó el límite de hematocrito
Fue un día largo y completo. Laurent Jalabert recordará con nitidez el 8 de marzo de 1997 como el día en que se pusieron en marcha los controles de sangre en los ciclistas. El corredor francés tuvo que madrugar más de lo previsto para donar parte de su sangre, aunque el madrugón no le impidió estar a su hora para la segunda primicia: su primera victoria en una contrarreloj. Fue en el prólogo de la París-Niza, ocho horas después. Viste así el maillot blanco de líder de una carrera que ya ganó los dos últimos años.Más madrugaron en París los técnicos sanitarios contratados por la UCI. A las siete y media de la mañana, aún de noche, llamaron por teléfono al hotel de Suresnes en que pernoctaban los cinco equipos elegidos por sorteo. "Los cuatro primeros corredores por número de dorsal de su equipo deberán estar a las 8.30, sin desayunar, en una sala del hotel a disposición nuestra", avisaron a los directores del Cofidis (el equipo de Rominger), Mutuelle, Française des Jeux (Gianetti), ONCE y Batik (Berzin).
Los debatidos y polémicos controles de sangre por sorpresa se ponían en marcha en el ciclismo profesional en busca del porcentaje de hematocrito -glóbulos rojos- de los ciclistas. Aquel que sobrepasara el límite del 50% no podría tomar la salida en la carrera por motivos de salud. Una sanción preventiva e indirecta paracontrolar el uso de la prohibida eritropoitina, una substancia que aumenta el número de glóbulos rojos en la sangre. Ninguno de los 20 ciclistas que donaron su sangre vio vetada su participación, según fuentes oficiosas citadas por France Presse. A todos se les devolvió la muestra de sangre después de analizarla, como estaba pactado para evitar un uso no autorizado.
Un testigo de la actuación médica cuenta que la operación se desarrolló en un ambiente no muy agradable. "Los corredores elegidos estaban a las 8.30 en una habitación que parecía una cárcel. Aparecieron cuatro ateeses y dos inspectores médicos y les dijeron que se subieran la manga. Fue exactamente igual que sacar muestras para una analítica, pero como si lo hicieran rodeados de policías. Llenaron un frasquito [4 mililitros de capacidad] y se fueron. Esto del ciclismo es cada vez más raro. Algunos ciclistas lo ven como un atentado a su libertad". Una hora después, los técnicos llamaron a los directores para que fueran a por los resultados y les devolvieron las muestras. Todas negativas.
"Queda mucho por mejorar", reflexiona Manolo Sáiz, director del ONCE, uno de los analizados. "He visto muchos errores, sobre todo en lo que se refiere a la confidencialidad. Ya que somos de los pocos deportes que lo pasamos, tiene que verse como una cuestión normal y por eso sería necesario un 100% de seguridad, que ahora no tenemos. Lo fundamental es la limpieza interior, que es cosa nuestra, y la exterior: no debe haber filtraciones".
Los controles continuarán desarrollándose durante toda la carrera, que concluye el domingo. Al ritmo de ayer, sobraría incluso un día para que lo pasaran los 136 corredores inscritos.
La ONCE no es la misma de otros años, decían los expertos. No arrasa, sus corredores, y no sólo sus líderes, no corren sin cadena, como antaño. Sólo han ganado la Vuelta a Mallorca. ¿Qué pasa aquí?.
"Quienes quieran tomar como referencia a la ONCE de la Vuelta a Valencia se ha equivocado", dice Manolo Sáiz: Jalabert, un no especialista, acaba de ganar el prólogo de la París-Niza. Y ha abierto cierto hueco en sólo 7,1 kilómetros con gente más habituada a los prólogos. Sobre todo, como referencia, 13 segundos a Berzin y De las Cuevas. 17 a Rominger, 25 a Virenque, otro francés favorito. Eso no quiere decir, según su director, que vaya a ganar la carrera. "Vamos con retraso voluntario en nuestra preparación y teníamos previstos varios tests y uno de ellos era este prólogo", explica Sáiz. "Pero el recorrido de la carrera no es demasiado bueno para hacer diferencias antes de la última contrarreloj: en la etapa más dura, el Ventoux está a 80 kilómetros de la meta. Sin embargo, intentaremos aprovechar las bonificaciones".
En esa caza de segundos tendrán los de Sáiz un duro rival en el Festina de Dufaux (quinto ayer, a 10s) y Virenque. El equipo francés anda fuerte y no querrá fiarlo todo a la contrarreloj llana final, de 20 kilómetros.
La fuerza defensiva será, como en los tiempos de Induráin y su costumbre de años, el Banesto. Su líder, el nuevo De las Cuevas, antaño especialista del esfuerzo corto, anduvo normal en el prólogo, pero es, con Berzin, el corredor al que más le va la contrarreloj final Sin embargo, si a los de Eusebio Unzue les diera por romper la carrera, tendrían un buen peón en el sorprendente Santi Blanco. El joven salmantino está en el grupo del Banesto, de elegidos para el Tour y, por lo tanto, no debería estar , muy en forma ahora. Pero sus hechos dicen otra cosa: en el prólogo, algo extraño a su caracter de escalador, lo hizo con mucha dignidad y algo más: sólo cedió 20 segundos.
Clasificación
Prólogo (7,1 kilómetros) y general. 1. Jalabert (ONCE), 8m 1 9s. 2. Tchmil (Lotto), a 4s. 3. Mauri (ONCE), a 7s. 4. Durand (Casino), a 10s. 5. Dufaux (Festina), a 10s. 6. F. Moreau (Gan), a 11s. 7. C. Moreau (Festina), a 12s. 8. Heulot (Française des Jeux), a 13s. 9. Berzin (Batik), a 13s. 10. De las Cuevas (Banesto), a 13s. 13. Casero (Banesto), a 16s. 20. Blanco (Banesto), a 20s.
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