"La filosofía del Athletic coincide con mi temperamento"
Tras muchas jornadas de trabajo y silencio, moldeando la fisonomía del nuevo Athletic, Luis Fernández (Tarifa, 37 años) se ha visto inmerso en sucesivas polémicas tras los encuentros ante el Barcelona y el Atlético de Madrid. Su imagen apasionada, su vivencia del partido ha sido tan admirada por unos como criticada por otros. Él asegura que la filosofía del Athletic está acorde a su temperamento y que el caso Simeone pudiera haberse arreglado simplemente con que el jugador hubiera pedido disculpas, como él lo hizo ante el Barça, reconociendo su error.Pregunta. ¿Qué le convence a un jugador y a un entrenador de prestigio para aceptar la oferta de un club con un pasado prestigioso pero un difícil presente y futuro?
Respuesta. Usted mismo lo dice. Un club con prestigio y que ha vivido con dificultad el último año, como les ocurre a todos los equipos. Ningún club puede vivir eternamente sin que le ocurra algo. Lo que me motivó a venir aquí es que se trata de un equipo cuya filosofía me gusta y que va con mi temperamento. Yo soy un ganador y a la gente de aquí también le gusta ganar, luchar. Yo siempre he tenido que luchar en la vida y por eso en el Athletic vamos todos juntos. Aquí me encuentro a gusto con las condiciones de trabajo, con el cuadro de colaboradores y con los jugadores que yo quiero. Anteriormente me dolía la cabeza de preocuparme por muchas cosas, ahora en el Athletic sólo me ocupo del entrenamiento y de los jugadores. El resto no me preocupa, porque sé que todo el mundo está en su sitio.
P. ¿Cuál fue su primer diagnóstico del Athletic y cuál es el actual?
R. Antes de venir quería saber lo que tenía entre manos y por eso vi muchos vídeos y percibí cosas muy interesantes: jugadores que tenían calidad, voluntad, juego, pero que padecían un problema de confianza porque estaban asustados y tenían miedo. Pero tienes que saber adonde vienes, conocer los nombres de los jugadores y por eso vi muchos vídeos, de tal forma que cuando llegué a Bilbao los conocía a todos. Por eso la adaptación ha sido muy rápida.
P. ¿Respecto a la situación actual del Athletic?
R. Ahora el equipo ha mejorado mucho. Diría que desde que yo llegué hasta ahora ha mejorado en un 60% o 70%. Hay un cambio enorme, tremendo, de muchas cosas. Ha comenzado a responder a lo que yo solicitaba, sin tener miedo de nada.
P. Partiendo de ese diagnóstico, ¿qué objetivo se ha marcado en el Athletic?
R. La historia del club es el centenario y por ello el equipo, igual que el club, debe preparar ese objetivo. Si el equipo este año acaba en el décimo, undécimo o duodécimo lugar y jugando de la manera que lo está haciendo, la gente estará contenta porque la afición apoya y los futbolistas juegan bien y se entregan. Hoy se está viendo otra cara del Athletic: un Athletic positivo, con ganas y juego, que es el tercer ataque de la Liga. Pero tenemos que tener los pies en el suelo, hay que coger los puntos de la tranquilidad y acabar el año de la mejor manera posible. Así la Liga tendrá mejor futuro y prepararemos mejor el centenario.
P. Usted es un personaje querido y respetado en Bilbao, pero sin embargo parece que resulta molesto para los equipos grandes.
R. Los equipos pequeños siempre molestan a los grandes en una competición, porque éstos piensan que entre ellos pueden perder, pero no se imaginan que otros equipos les puedan ganar. Sin embargo, la sorpresa es lo que hace hermoso este deporte. Antiguamente era difícil ganar en San Mamés por el espíritu combativo del equipo (los leones y todo eso), luego pensaron que era muy fácil jugar aquí y este año resulta que el Athletic gana a esos equipos jugando un buen fútbol, con claridad y con finura. Eso es siempre molesto.
P. ¿Eso explica sus conflictos con estos equipos?
R. Prefiero que se metan conmigo antes que con el Athletic, porque yo estoy habituado a eso. En Francia también tenía enfrentamientos porque mi manera de ser, de moverme en el banquillo puede molestar. Pero si te mueves es para ayudar a tus jugadores y nada más. Pregunte usted a los árbitros si alguna vez he insultado o he faltado al respeto a alguno de ellos. En mi actuación personal el único error que he cometido fue contra el Barcelona y me he disculpado por ello, porque hay que ser inteligente y reconocer públicamente los errores. Contra el Atlético no ha ocurrido nada. Lo que no me parece justo es que Antic tras el partido se pusiera a hablar de los errores arbitrales. Un entrenador de un club grande tiene que entender el partido como se produjo, pero no puede hablar de errores porque el primero ocurrió en la primera jugada, en la acción contra Guerrero. ¿Cómo se le puede escapar ahí la inteligencia? No se puede hablar de si los árbitros favorecen o no a los equipos grandes. El Madrid o el Barcelona o el Atlético tienen jugadores que son figuras y es lógico que provoquen faltas al borde del área. El Atlético fue campeón el año pasado y le pitaron muchas faltas en esas circunstancias. Seguro que unas lo fueron y otras no, pero después del partido todo ha acabado.
P. ¿La polémica de ese encuentro no está perjudicando más que beneficiando al Athletic y a usted mismo?
R. El Athletic tiene una historia que la conoce toda España. Su manera de ser es sincera y no le gusta entrar en polémicas. A algunos sin embargo, les gusta la polémica, hablar mucho, atacar a los demás, porque esos enfrentamientos les sirven. Al Athletic no, porque no es su manera de comportarse. Lo único que ocurre es que en ese partido hubo un gesto que no se puede aceptar en el fútbol, un gesto con intención de causar daño y por ello el Athletic defiende a su jugador. Cuando esto ocurre, lo mejor es decirlo y Simeone debiera haber pedido disculpas y entonces todo se hubiera olvidado.
P. El fútbol a veces se divide entre los que priorizan lo muscular y los que defienden lo artístico. ¿De qué lado está?
R. Yo me pongo al lado de los que ven el fútbol como un espectáculo, porque de esa forma también se ganan los partidos. La gente viene a los estadios a disfrutar porque ellos pagan y reclaman calidad, entrega, voluntad. El fútbol tiene que ser entusiasmo, un juego bonito. Me pongo al lado del fútbol bien hecho y con muchas emociones. Me gusta ganar, pero si mi equipo pierde habiendo hecho todo eso pienso que vamos a ganar muchas otras veces. Sin embargo, el que juega con miedo va a ganar en pocas ocasiones.
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