Las críticas a los laboristas centran la apertura del congreso 'tory'
El clamor de los aplausos fue más moderado y la ovación duró apenas 90 segundos, bastante menos que en pasados congresos. Aun así, Margaret Thatcher, la que fuera primera ministra británica entre 1979 y 1990, fue la presencia más popular en la tribuna del congreso anual del Partido Conservador británico que se inició ayer en Bournemouth, localidad costera al sur de Inglaterra. La primera jornada estuvo repleta de ataques al Partido Laborista, en general, y a su líder, Tony Blair, en particular.El presidente tory, Brian Mawhinney, vaticinó para las próximas elecciones un triunfo del partido liderado por John Major, a quien calificó como "el hombre más honesto, claro y directo de la política británica".
Vestida con traje de chaqueta azul, Margaret Thatcher, de 70 años, tomó asiento en la tribuna tras recibir la ovación de los delegados. Su presencia ayer en Bournemouth coincidió con una afirmación de las esencias tories a través de la intervención de varios puntales del partido. Primero Mawhinney, que prometió un brillante futuro tory a la nación y aireó con habilidad los logros económicos de 17 años de Gobiernos conservadores. Más tarde el ministro para Escocia, Michael Forsyth, que arremetió contra los planes laboristas de crear parlamentos. autonómicos en Escocia y el País de Gales, calificándolo como un programa "de disolución del Reino Unido". Forsyth aprovechó la ocasión para exhibir profusamente una bandera británica -Union Jack- que ondeó entre los aplausos enfervorecidos de la sala.
'Vacas locas'
Incluso el ministro de Agricultura, Douglas Hogg, vapuleado por la grave crisis de las vacas locas, se las ingenió para resultar patriótico al exigir de nuevo -el fin del embargo que pesa sobre las exportaciones de vacuno. Hogg prometió además otros 45 millones de libras (más de 9.000 millones de pesetas) en ayudas a los ganaderos más afectados por la situación.Por la tarde llegó el plato fuerte de la jornada, la intervención del ministro del Interior, Michael Howard. Tal y como estaba previsto, el ministro esbozó una nueva legislación penal que abarcará un más amplio espectro de delitos que la esbozada por el Partido Laborista para luchar contra la delincuencia en general. Howard prometió también una nueva legislación para evitar el abuso infantil, perseguir a los perseguidores -sujetos que se dedican a hacerle la vida imposible a inocentes ciudadanos, y sobre todo ciudadanas- y evitar el tráfico de drogas. La mayoría de las propuestas parecían el resultado de una atenta lectura de la prensa durante los últimos meses,. Por decirlo de alguna manera,Howard desea, antes que nada, atajar los delitos más de moda.
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