El Barca se redime ante el Inter

El Barca alzó el Gamper con tanta rabia como orgullo. El trofeo es una recompensa a un mes de trabajos forzados. Ofendido por la duda, quería el plantel de Robson una copa para restregarla por los morros de los desconfiados. Necesitaba el grupo azulgrana un triunfo ante un adversario con nombre para lavar esa sucia cara que le quedó al paso por Sevilla y Mallorca. Había que romper de una vez con la dinámica de malas noticias que le torturaba desde la arrancada en Holanda. Y no hay mejor redención que ganar en casa, con el socio entregado, el palco lleno y los periodistas apuntando.No fue un triunfo para lanzar cohetes. Resultó más que nada una victoria sin tacha. Autoritaria. Estuvo el Barça solvente y eficaz, pese a que acabó agobiado. La puntería le permitió manejar siempre el choque a su gusto. El suyo fue un juego directo, al mentón, manejado por dos artistas: Guardiola y Giovanni.El medio centro tiró al equipo desde la divisoria hacia campo ajeno. Descongestionó el ombligo del campo, abrió las bandas con sus diagonales y adornó su lucidez futbolística con un tanto de pillo a las primeras de cambio. Meterle un gol a un equipo italiano mientras el portero pone la barrera es para contarlo en las enciclopedias de fútbol. Guardiola retrató a Pagliuca y el Barça tomó aire.

Asegurada la salida del balón desde campo propio por la lectura aplicada del partido que realizó Guardiola, el plantel encontró continuidad en su juego por la prestancia de Giovanni. El brasileño participó tanto en la gestación como en el pase final. Auxilió a unos y otros, se marcó un sombrero en medio de la cancha y cargó con el fútbol ofensivo del equipo.

La conexión entre Guardiola y Giovanni permitió, al tiempo, jugadas de tiralíneas como la que precedió al segundo gol, obra de Pizzi, que supo romper la línea de fuera de juego del Inter. El ariete estropeó su actuación con una agresión a Paganin que le costó la expulsión. El Inter se agarró a la torpeza de Pizzi para engancharse al partido. Montó una comedia, en medio el campo, con provocaciones constantes, de la que se salvó Figo por compasión del linier. El portugués arreó un cogotazo a Bergomi, tras recibir un escupitajo en la cara.

El Barça, sin embargo, acabaría aguantado el partido con 10 en el campo. El Inter no pudo con Vítor Baía salvo cuando el despertador amenazaba ya con sonar. El portero mantuvo la tensión defensiva del equipo con gran aplomo. Asegurado el triunfo, Robson permitió que Iván de la Peña, Prosinecki y Ronaldo jugaran juntos el último tramo del partido. La opción más clara de gol la tuvo, en cualquier caso, Giovanni, al que sólo le faltó sortear al meta para marcar y coronar su actuación.

El juego malabarista rompió el juego de equipo y, ante la afrenta del Inter, Robson acabó por sustituir a De la Peña. El cambio pareció un castigo para Lo Pelat, obsesionado en marcar. Estuvo tan desfondado como Ronaldo. Los dos necesitan tiempo para coger la forma.

La actuación global del equipo, en cualquier caso, permite al aficionado aguardar la disputa de la Supercopa (el próximo sábado y el miércoles 28) con más optimismo que en la jornada inaugural. El Barça mejoró su juego y su actitud frente al Inter. El partido de anoche tuvo mucho más contenido y matices que el disputado ante el San Lorenzo de Almagro. El equipo azulgrana crece a diario.