Tormenta entre las medallas
Teresa Zabell y Begoña Via se aseguran la plata en 470, pero hoy pueden ser oro
"Me cojo la medalla y me voy a mi casa hasta que cambie la federación". Debe ser la primera vez en la historia que un podio olímpico haya tenido más mezcla de triunfo personal y de amargura por el enfrentamiento con el organismo que presenta a un atleta. Teresa Zabell, con Begoña Via Dufresne, no ganó ayer aún en la clase 470, pero se aseguró la plata y casi el oro, que puede ganar hoy simplemente con llegar delante del barco japonés. En las dos regatas disputadas en el campo Charlie, las españolas fueron terceras y primeras. Las japonesas ganaron la novena prueba, en la que hubo menos viento, y Zabell impuso su calidad en la décima, mientras las japonesas se descolgaban.Teresa termina su participación olímpica con más tensión aún que cuando llegó: "Me he sentido sola, con incomprensión hacia mi y mi marido, que ha tenido problemas para estar conmigo. EI mérito de esta medalla será nuestro, que lo hemos luchado durante cuatro años, y gracias a los patrocinadores". Con dos medallas, la vela española se va a ir de Savannah con una cosecha inferior a la prevista y a lo mejor va a tener razón la regatista en su queja del personalismo dominante del presidente, Fernando Bolín. A Zabell se la ha tachado siempre de díscola y ha chocado con la disciplina dictatorial, según ella, que ha tratado de imponer Bolín. La realidad es que los resultados de la regatista están ahí y no parecería muy difícil dar más cuerda a quien gana medallas, porque al final son para España, no para la federación.
Zabell y Via Dufresne fueron terceras ayer en la novena regata, con lo que su liderato se vio prácticamente anulado por las japonesas Shige y Kinoshita. No hubo apenas viento y los 15 kilos menos de peso de las niponas fueron clave. Aunque las primeras noticias de estas aguas eran que no soplaba mucho viento, en las regatas preolímpicas sucedió lo contrario y Teresa y Begoña prepararon el barco para vientos fuertes. Cambiar el reglaje era muy complicado. En la segunda regata de ayer aumentó el viento y eso favoreció a las españolas mientras se hundieron las principales rivales, las japonesas, a las que superan por cinco puntos. Por tanto, a las regatistas españolas les bastaría llegar incluso cuatro puestos por detrás de ellas hoy para subir a lo más alto del podio.
Zabell y Via Dufresne, enfrentamientos incluidos, al menos no se irán de vacío, lo mismo que Fernando León y Josele Ballester, los ganadores del tornado. Otros, en cambio, no han podido esta vez. "La gente se cree que venimos aquí, cogemos las medallas y nos vamos", decía Luis Doreste ayer en la Marina de Savannah.
Luis y su hermano Josele arreglaban sus barcos de soling y star a la espera de que los viniera a remolcar un tractor de la organización. Por medidas de seguridad, no lo podían hacer ellos. Era uno de los muchos trastornos que han debido sufrir los regatistas españoles. "De ocho a ocho", decía Josele, "estoy feliz por irme ya".
Luis reconoce que no ha navegado bien, pero tampoco se dieron los vientos fuertes que esperaba. Acabó octavo y no se pudo meter en las regatas finales de seis. "Hace unos Juegos bien y otros mal", comenta Josele, que terminó séptimo en star con Javier Hermida, el mismo puesto que José María van der Ploeg, el otro campeón olímpico de 1992, en finn. Mireia Casas y Jorge Maciel fueron 13º y 15º en tablas, Helen Montilla 16º en Europa, y Antonio Garrote 20º en laser.
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