Guapas y guapos de la arena
El voley-playa se ha convertido en el deporte más atractivo por sus protagonistas y decorado
"Este es el deporte del futuro", dijo Juan Antonio Samaranch, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) hace unos días mientras echaba una ojeada a uno de sus 28 televisores instalados en el despacho del piso 47 del hotel Marriot Marquis. El deporte que veía alegrándose el ojillo con un partido femenino era el voley-playa, debutante en estos Juegos. Es muy posible que así sea, pero lo que es seguro es que se trata del más espectacularmente atractivo por su decorado y sus protagonistas.Lo que parecía un juego sin mayores aspiraciones que entretener en las playas donde la arena blanda impedía jugar al fútbol, o para aprovechar mejor el espacio y no molestar a mucha gente al jugarse en una superficie menor, se ha convertido en una modalidad olímpica con enorme fuerza económica detrás. Localidades turísticas que mueven mucho dinero forman un circuito de 17 torneos en 15 países, la mayoría en localidades costeras dé países tan de película de vacaciones como Brasil, Estados Unidos (Florida y California), España (Marbella o Almería, que forman parte también del circuito nacional), Francia (Marsella), Portugal (Espinho), Italia o Indonesia.
Naturalmente, brasileños y brasileñas, norteamericanos y norteamericanas, son los grandes protagonistas de esta especialidad, porque también han sido los pioneros en las playas de Copacabana o Malibú. Por eso es aún mayor el mérito de los españoles Sixto Jiménez y Javier Bosma, que están entre ellos y han sido nada menos que los verdugos de los campeones mundiales los brasileños Franco y Roberto Lopes. De hecho, el equipo de voleibol de Estados Unidos surgió de la playa para los Juegos de Los Ángeles y también muchos de los brasileños que llegaron a ser campeones olímpicos en Barcelona 92.
Son los vigilantes de la playa con balón. Ellas, incluso han sustituído los bañadores rojos por los bikinis deportivos con los colores nacionales que hasta ahora sólo las atletas velocistas, sobre todo, se habían atrevido a utilizarlos en un deporte tradicional como el atletismo, a la vez que se hacía normal en el triatlón para las pruebas de bicicleta y carrera.
Jacky y Sandra, es decir Jacqueline Silva y Sandra Pires, la pareja brasileña campeona mundial, por ejemplo, ha ganado este año el circuito y casi 90.000 dólares, unos 12 millones de pesetas, en premios. Las norteamericanas McPeak y Reno quedaron segundas con unos 10 millones de pesetas, pero al final las habrán igualado con lo cobrado al haber posados desnudas -tapadas estratétigicamente, eso sí, con un balón de voleibol- para unas fotos no menos espectaculares, junto a otros deportistas olímpicos norteamericanos de cara a los Juegos. Buena prueba del dinero que se mueve ya en este pujante deporte, durísimo por el sol, la arena, los viajes y las temperaturas, aunque en principio los escenarios resulten tan atractivos, es que los presupuestos de cada torneo superan los 300.000 dólares, unos 40 millones de pesetas.
España ha tenido el mérito de meterse entre los mejores con jugadores procedentes del voleibol de cancha clásico y con la dirección clave de un histórico de este deporte, cocinero, fraile y todo, el gijonés Jaime Fernández Barros. El trabajo que se ha hecho ha dado sus frutos. Cuando se conoce que el campo de Clayton County, también conocído como Atlanta Beach, escenario del torneo olímpico, quieren convertirlo en un centro fijo y se recuerda que eninvierno, con el frío que hace por estos lares más bien deberá practicarse voley hielo, nocabe duda que para lugares fijos uno ideal es el del pueblo de Arona, en Tenerife, el único que puede ser permanente para toda Europa todo el año. Allí residen los integrantes del equipo nacional y quizá hasta Samaranch pueda estar interesado en visitarlo próximamente. Mejor en directo, en Canarias, que por televisión en Atlanta. Aunque también haya ido aquí en persona para confirmar que es el deporte del futuro. Faltaría más.
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