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UEFA EURO 96

Vacío de nombres propios

El irritante conservadurismo mostrado por la mayoría de los técnicos complica la elaboración de una selección ideal

José Sámano

La Eurocopa de 1996 difícilmente quedará asociada al nombre de un jugador. En un torneo demasiado cicatero, marcado por el irritante conservadurismo de la mayoría de los entrenadores -siempre inclinados hacia los jugadores obedientes- decidir el podio de futbolistas exige escrutar milimétricamente algún que otro minuto sabroso, algún que otro detalle fugaz. Los equipos se han tapado hasta la nuez y el mayor descaro ha consistido en un par de librepensadores por selección. Ésta podría ser una de las alineaciones del campeonato.David Seaman (Inglaterra). 32 años. Portero ágil y rápido. Llegó al torneo tachado con una cruz por su fragilidad en las grandes citas, como el gol de Nayim en la final de la Recopa de 1995. En Wembley detuvo dos penaltis decisivos: a McCallister y Nadal.

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Las reglas son inocentes; los entrenadores, no

Radostin Kishishev (Bulgaria). 21 años. Lateral derecho. Lo único nuevo que ha enseñado Bulgaria respecto al Mundial de Estados Unidos. Potente y veloz en los cierres, dos cualidades impagables para el equipo más anárquico del planeta.

Matthias Sammer (Alemania), 28 años. Defensa libre. El único alemán del Este que juega con la Alemania unificada. El superviviente de una especia extinguida el líbero con criterio, que arranca desde su cueva y llega al área contraria. El defensa más goleador del torneo: dos goles y un penalti provocado.

Thomas Helmer (Alemania). 31 años. Central zurdo. Recio y contundente. Gran colocación y buen disparo.

Chrístian Ziege (Alemania). 24 años. Lateral izquierdo. Comenzó su carrera como portero. Hoy es un carrilero moderno que cuando llega a las proximidades del área no apura las jugadas hasta el banderín, sino que penetra en diagonal para culminar personalmente el ataque. Marcó el primer gol alemán del campeonato a la República Checa, con un gran disparo con su pierna coja, la derecha.

Pavel Nedved (República Checa). 23 años. Interior derecha. El jugador más revalorizado del torneo. Abarca mucho campo, descubre muy bien los espacios en ataque y maneja con destreza la pelota.

Paulo Sousa (Portugal). 25 años Medio defensivo. Trabajador. Talento para cubrir el hueco que dejan sus compañeros de medio campo. Lee muy bien el juego y tiene capacidad para detener al rival y conducir la pelota.

Steve McManaman (Inglaterra). 24 años. Interior izquierda. Marca cara de niño dedicó su infancia al cross. Sus carreras por ambas bandas son diabólicas. Conduce el balón con una velocidad endiablada y derriba contrarios con el baile de su cintura.

Youri Djorkaeff (Francia). 28 años. Media punta. Hijo de un defensa internacional francés de origen armenio que jugó el Mundial 66. Jugador de toque instantáneo, con aceleración y muy efectivo en el último pase. Gran picardía para aparecer por la espalda de los defensas.

Davor Suker (Croacia). 28 años. Si hubiera un premio al mejor jugador del campeonato, Suker alzaría los brazos. Nadie ha tenido una actuación tan luminosa como la suya frente a los daneses. Se ha ido con tres goles, dos de ellos -uno a Dinamarca de vaselina y otro a Alemania con un regate imposible a Koepke pisando la pelota- de lo mejor del torneo.

Alan Shearer (Inglaterra). 25 años Pichichi del torneo con cinco goles. Un depredador del área. Ha enmudecido a quienes sospechaban que era uno de esos goleadores ingleses que se secan fuera del Reino Unido. Sabe proteger el balón de espaldas a la portería. Veloz. Un disparo demoledor con ambas piernas.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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