El doble fracaso de Ferrari

El Gran Premio de Francia de F-1 volvió a poner en evidencia los problemas mecánicos de los bólidos rojos italianos de Ferrari. El fichaje, del doble campeón mundial Michael Schumacher pareció tapar en parte las carencias técnicas de la escudería de Maranello, pero ayer el problema resurgió con virulencia cuando por segunda vez consecutiva Ferrari no clasificó ninguno de sus dos coches."En el primer momento estaba furioso", confesó Schumacher recordando los pensamientos que pasaron por su cabeza en el momento en que su motor explotó en la vuelta de reconocimiento. "Furioso porque en pocos segundos vi que el trabajo del equipo se venía abajo, se convertía en humo. Pero no hay que desesperarse. Hay que apretar los dientes y seguir adelante".

Ni en Canadá, el pasado día 16, ni ayer en Magny Cours ningún Ferrari acabó la carrera. En Montreal, Schumacher tuvo también que apretar los dientes y contenerse cuando un problema con el embrague le impidió arrancar en el momento en que se inicio la vuelta de reconocimiento. Como consecuencia, partió en la última fila y acabó abandonando, al igual que su compañero de equipo el británico Eddie Irvine. Ayer la situación se agravó. Schumacher ni siquiera pudo empezar la carrera, e Irvine abandonó en la quinta vuelta, con un problema electrónico en el cambio.

La temporada de la marca italiana está plagada de altibajos. De las nueve carreras disputadas, los bólidos rojos han puntuado en siete ocasiones. Schumacher, tercero en el Mundial, logró llevar a Ferrari al triunfo en el Gran Premio de España, el 2 de junio; alcanzó la segunda posición en San Marino y en el Gran Premio de Europa, y fue tercero en Brasil. Irvine, por su parte, sólo ha subido una vez al podio, como tercer clasificado en Brasil.