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EURO 96

Inglaterra baila a Holanda

Los holandeses se clasifican por los pelos gracias A un gol postrero de Kluivert

El sábado en Wembley, a las cuatro de la tarde, Inglaterra se cruzará con España. Como avance, el anfitrión lanzó ayer un mensaje intimidante: lució un fútbol directo y poderoso, jugado siempre a la máxima velocidad, que a punto estuvo de dejar fuera de la Eurocopa a la todopoderosa Holanda. Fue un baile, una exhibición portentosa. Inglaterra pasó como una apisonadora por encima de Holanda, que recibió golpes de fútbol por todos lados. La selección de Guus Hiddink peleó por su supervivencia hasta el final, lo que dio un toque épico a la contienda. Holanda tuvo que atacar al máximo, con toda su munición al completo, para agarrarse a última hora a los cuartos de final. Y fue tal vez su costumbre enjugar a la ofensiva, el hecho de que su obligación repentina fuera algo natural en su modelo de juego, lo que probablemente la liberó de la eliminación. Mareada por el juego inglés, Holanda encontró la salvación en una acción mecánica de su libro de estilo: Bergkamp toca a Kluivert, que llega desde atrás y marca. Por los pelos, cuando el timbre estaba a punto de sonar, llegó el gol. Holanda fue bailada, pero sigue con vida.

Una lindeza de Paul Ince descorchó el partido. Apareció con aire huracanado por el área, anunciando una jugada arrolladora más que una sutileza, pero decidió cambiar de idea a última hora: dejó correr la pelota por el suelo, la esperó por detrás y se la llevó mágicamente con el talón. Blind, un defensa cargado de experiencia y tablas, cayó en el engañó. Se lanzó hacia donde creía iba a aparecer el balón, pero sólo se encontró la pierna del incansable centrocampista inglés: penalti. Shearer terminó la faena.

Fue el premio a una salida decidida de Inglaterra, que jugó con determinación para ahogar el fútbol de toque de su rival. Venables arrojó su alineación tipo, pero con un matiz que le benefició. Cambió de banda a los extremos: McManaman se fue a la derecha y Anderton, a la izquierda. Y Holanda sufrió por los costados, pero también por el centro, por donde Gascoigne, pese a sus kilos, volvió a ofrecer una lección.

Pero por encima de todo, lo que tiene esta selección son dos jugadores de área: Shearer y McManaman. Se mueven allí como por el salón de su casa. Salieron a dos goles cada uno, lo que pone a Shearer al mando de la tabla de realizadores. Cuatro lleva ya el delantero del Blackburn (ha marcado en sus tres partidos), y todos con un elemento común: siempre remata de primera. Todo un peligro para España, que, al menos, se llevó una buena noticia: Paul Ince, que vio su segunda amarilla, no podrá jugar el sábado.

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