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AUTOMOVILISMO

Montecarlo corona a un desconocido

Olivier Panis, de 29 años, ganó en el Principado su primer gran premio de Fórmula 1

Un piloto desconocido, el francés Olivier Panis (Ligier-Honda Mugen), de 29 años, se convirtió ayer en la estrella de la carrera más importante del año en el calendario de la Fórmula 1, el Gran Premio de Mónaco. Panis se adjudicó el triunfo al superar al escocés David Coulthard (McLaren Mercedes) en cuatro segundos, y dejar al británico Johnny Herbert (Sauber Ford) en el tercer puesto del podio, pero ya a más de 37 segundos. La carrera resultó demoledora por las condiciones y la lluvia. Y la prueba más evidente de ello fue que sólo cuatro coches terminaron rodando en la pista, aunque se llegaron a clasificar siete por la distancia recorrida. La carrera ni siquiera llegó a cubrir las 78 vueltas previstas. El banderazo de llegada se produjo dos horas después de haberse dado la salida.La historia de Panis en la Fórmula 1 es realmente corta. El piloto francés inició su carrera deportiva en el karting en 1981, ganó el Volante Elf en 1988 y el campeonato francés de Fórmula Renault en 1989. Antes de entrar en la F-1 pasó por la F-3000, donde fue campeón tras ganar tres carreras. En 1994 fichó con el equipo Ligier y dio sus primeros pasos en la F-1. Sin embargo, desde entonces nunca había conseguido ganar un gran premio y nunca logró ni una poleposition. Sus mejores resultados fueron dos segundos puestos: el primero en Alemania en 1994, y el segundo en Australia, la temporada pasada.

"Rompí el motor en los entrenamientos y estaba bastante decepcionado", comentó el piloto francés. "El coche funcionaba con los depósitos llenos y me di cuenta de ello en los entrenamientos libres previos a la carrera. Por eso salí con el máximo combustible. Creo que gracias a ello he ganado la prueba, porque me ha permitido parar sólo una vez en talleres", añadió.

En Montecarlo todo el mundo sabe que la salida suele marcar el futuro desarrollo de la carrera. Adelantar es complicado en este trazado sinuoso y estrecho en la mayoría de sus tramos. Por eso, todo el mundo estaba pendiente de lo que ocurriría en los primeros metros. Pero nadie imaginaba que tras la primera vuelta cinco coches pudieran haber abandonado. Y, en cambio, eso fue lo que ocurrió. Y la sorpresa fue mayor cuando se supo que uno de ellos era el vigente campeón mundial, el alemán Michael Schumacher.

Sin Schumacher, la carrera perdió uno de sus principales atractivos. Hill se encontró solo en cabeza, sin la amenaza del alemán. El francés Alesi y el austriaco Berger rodaban demasiado lejos del británico para inquietarle. Y al poco rato, el austriaco de Benetton se retiró con problemas en el cambio.

Sólo un cambio de neumáticos de Hill pemitió a Alesi coger el control de la carrera. Pero aquello fue un espejismo. El británico había cambiado a neumáticos lisos en su pase por los talleres y eso le permitió atrapar y superar con facilidad al francés. Sin embargo, en la vuelta 40ª, cuando rodaba a pleno régimen, el motor de Hill explotó en el interior del túnel. El líder del Mundial, ganador de cuatro de las cinco carreras disputadas hasta ahora, tuvo que abandonar. Alesi cogió el liderato, pero también acabó abandonando por un problema de suspensión.

Y entonces llegó el momento de Panis. La feroz lucha que mantuvo por la segunda posición acabó por darle el triunfo. Su mayor mérito fue no tener problemas. Pero le valió el mejor éxito de su carrera deportiva.

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