Unidos contra el Madrid

Ayer se odiaron a muerte, pero algo les une: su antimadridismo. Antes del partido, los aficionados del Atlético y del Barcelona sólo se enfrentaron en peleas dialécticas. Animaron, gritaron, cantaron y se increparon deportivamente hablando, siempre, por si acaso, bajo la vigilancia de la policía. En su liturgia, eso sí, ambos grupos emplearon un el emento común: la ofensa al Madrid. Los gritos en favor de la Juve y el Sporting -algunos de sus últimos verdugos- se escucharon en Zaragoza.