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El torneo de la fantasía

La Liga Universitaria entra en su fase culminante: la final a cuatro se celebrará del 30 de marzo al 1 de abril

Comienza la March Madness, la locura de marzo. La parte más excitante de la temporada de baloncesto universitario. La locura comenzó el pasado domingo día 11, cuando durante dos oras la principal cadena de televisión, CBS, ofreció a los telespectadores los resultados de la selección de los 64 equipos que competirán en el torneo y sus emparejamientos correspondientes.

Nombres tan poco carismáticos en el mundo del baloncesto universitario como Central. Florida, Colgate o Austin Peay aparecen enfrentados a grandes equipos de infinita tradición en la historia del baloncesto escolástico como Carolina del Norte, UCLA o Kansas.

"Los equipos pequeños se en frentan a los grandes", comenta Billy Packer, analista de la cadena de televisión CBS. "Ello per Tite fabricar sueños, fantasías. Ése es el secreto de este torneo".

El año pasado también hubo equipos que soñaron despiertos. Por ejemplo, Manhattan, una humilde Universidad ubicada en Riverdale, muy cerca de la ciudad de Nueva York, donde juega el español Jerónimo Bucero, que derrotó inesperadamente a la poderosa Oklahoma en la primera ronda. 0 la modesta Universidad de Old Dominion que batió a la poderosa Villanova en un partido vibrante. Estas derrotas y algunas casi-derrotas siguen alimentando año tras año la le yenda de este torneo. Todo el mundo sigue a los grandes equipos, pero al público le encanta apoyar a los modestos", indica Jim O'Brien, técnico del equipo de Boston College, que hace dos años dejó en la cuneta a North Carolina, entonces vigente campeón. "Esto es lo que cautiva el corazón y la imagina ción de los aficionados de todo el mundo".

"Todos saben que, al final, lo más probable es que uno de los 25 mejores equipos va a ser el ganador, pero todos saben que, en el camino, algunos de estos peces pequeños van a comerse algún pez gordo. Y a todos no encanta esa idea".

En la historia reciente del Torneo de 64 equipos, ningún conjunto, cabeza de serie número uno ha caído frente al número 16, pero algunos han estado cerca. En 1985, Georgetown. estuvo a punto de perder con Providence y en el 89 Michigan State tuvo que recurrir a la prórroga para deshacerse de Murray State.

Identificación

"Equipos como el nuestro dan a los aficionados que no se identifican con una universidad la oportunidad de tomar partido", indica Fran Fraschilla, técnico de los Jaspers de Manhattan. "A todo el mundo le encantan las cenicientas y este torneo ha generado muchas veces historias como la nuestra". El año pasado, Manhattan era el número 14 en su grupo y vencieron a Oklahoma, cabeza de serie número 5 y un equipo al que muchos veían cerca de la Final a Cuatro.

La historia de la NCAA está bastante llena de triunfos agónicos, espectaculares, dramáticos de equipos con números 12 o incluso 13 sobre los cabezas de serie 4 o 5.

"Es evidente que los equipos modestos nunca van a ganar el torneo", indica Billy Packer. "Pero pueden ganar un partido, incluso dos. Si ganasen tres, la Liga NCAA les investigaría por violaciones en el reclutamiento de jugadores".

El formato del torneo -si pierdes te vas a casa- fabrica una enorme sensación de drama. Por eso, todos los tornedos de la NCAA tienen algo en común. Partidos vencidos sobre la bocina. Lágrimas en las mejillas de las animadoras. Y derrotas que uno juraría que no se podrían producir jamás.

"Otros grandes eventos deportivos, como la SuperBowl, se han convertido en demasiado corporativos", señala Billy Packer. "En el baloncesto universitario te encuentras con ejecutivos bien vestidos que gritan y se desgáñitan como si fueran foro fos. Está claro que el baloncesto universitario tiene una mezcla de espontaneidad y emoción juvenil. Está lleno de vida".

En el torneo NCAA está la mítica North Carolina, pero también aparecen Western Carolina o South Carolina State. Se clasifica la legendaria UCLA, actual campeón, y orgullo de la ciudad de Los Angeles, pero también lo hace San José State, una modesta universidad del sur de California.

Duke ha estado omnipresente en prácticamente todas las finales a cuatro en los últimos 10 años. Esta vez los Diablos Azules de Duke no se ha clasificado para las finales de la NCAA. Pero incluso sin Duke, la Final Four se celebrará en Nueva Jersey a finales de marzo. Es la culminación de la temporada de baloncesto universitario; el éxtasis final. Pero para muchos la verdadera emoción está en el viaje; en el camino hacia la gloria.

Esa es la esencia de la locura de marzo. Después, abril nos trae la Final Four y el baloncesto colegial se acaba hasta el próximo mes de noviembre.

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