Amor pasado por taquilla

Madrid

Te quiero mucho, como la. trucha al trucho. Mí corazón late como un bote de tomate", le recitaba ayer un joven a su noía en la taquílla del teatro Alfíl. Acto seguido, la taquillera e daba idos entradas por el precio de una. Como lo más normal del mundo. Nunca, hasta ayer, la taquilla de un teatro había sido testigo de tanto amor. Y nunca la taquillera del teatro Alfil se había divertido tanto con su trabajo. El merito fue de san Valentín, el patrón de los enamorados, que ayer celebró su fiesta. Y de la promoción dos por una que hizo esta sala a todos los que tuvieran motivos para festejar al santo. El caso es que decenas de parejas no tuvieron el menor reparo en demostrar u cariño mientras sacaban una entrada para ver la función de las ocho, Amantes y otros extraños, de Baobab Teatro.

La mayoría se lo tomó bastante en serio. Uno de los momentos estelares lo protagonizó una pareja de jóvenes que dejó atónita a la taquillera. "La quiero mucho, desde hace mucho tiempo. Pero nunca me he atrevido a proponérselo hasta hoy. ¿Te quieres casar conmigo?", le dijo un apuesto joven de 25 años a su novia, de 23, también muy guapa. Ella se puso roja, pero le contestó que sí. Y se besaron. Pasaba también por taquilla un joven con aspiraciones literarias: "Cuando veo tu culo paseando por Madrid, lo que más me mola es que se mueva para mí", le decía él a ella, junto al ventanuco de la taquillera. Y mientras, el resto de la cola, venga a estirar el cuello para ver si oían lo que se musitaba en taquilla. Dos horas antes de que comenzara la función, ya había jaleo y excitación en la entrada del teatro, Llegaron parejas que confesaban llevar 35 años casados. Otras que se acababan de animar. "¿Estáis enamorados?", preguntaba la taquillera. "Sí, mucho", le contestaban. "¿Desde cuándo?", continuaba la taquillera. "Somos novios desde hace un minuto. Palabra de honor", decían muy convencidos los dos.

Se regalaron flores, pañuelos, se dieron besos... La taquilla del teatro vio todo tipo de declaraciones. A una mujer de 40 años se le saltaron las lágrimas cuando su acompañante le entregó un regalito. Llegaron también dos hombres de 35 y 33 años,- con 10 de convivencia. "Es el amor de mi vida", decía uno de ellos. Hubo hasta intercambio de parejas... para conseguir una entrada gratis. Y hubo también algún despistado que ese día había sacado la entrada por teléfono y no entendía a qué venía tanto revuelo. Dentro, en el patio de butacas, sólo había parejas y ramos de flores.