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Pippen roba el 'show' a Magic y Jordan

Los Bulls derrotan a los Lakers en el duelo de las dos grandes estrellas

Santiago Segurola

En el otro lado de la pista estaban Jack Nicholson, Charlie Sheen, John Cusack y buena parte de la constelación de estrellas de Hollywood. Se acercaron al Fórum como en los viejos tiempos, cuando Magic dirigía a los espléndidos Lakers. Volvieron al Fórum porque se anunciaba un duelo a caballo entre la nostalgia y la esperanza: Magic Johnson contra Michael Jordan, los dos jugadores que representan la esencia del baloncesto, dos veteranos que han vuelto para regenerar el juego en la NBA. Pero el show final no les perteneció a ellos. Desde atrás vino Scottie Pippen y marcó la diferencia con un actuación espectacular. Sus 30 puntos lideraron una nueva victoria (84-99) de los Bulls, que continúan su impresionante trayectoria con 41 victorias y únicamente tres derrotas.El segundo partido de Magic fue el retorno a la dura realidad. Después de su triunfal noche frente a los blandos Warriors, Johnson se encontró con la versión contraria: los Bulls no conceden nada defienden de manera desesperada y no hacen amigos. La primera intervención de Magic, una entrada hacia la canasta, fue cortada de manera tajante por Dennis Rodman, que le golpeó, le empujó y le desafió con la mirada. Magic respondió y se fue hacia el alero de los Bulls. La cruda realidad de la NBA se percibió en esa jugada.

Desde ese momento, Magic supo que cada una de sus acciones se iba a medir frente a una defensa extraordinaria. A pesar de todo, sus números fueron apreciables: 15 puntos (dos triples), tres rebotes y tres asistencias en 30 minutos de juego. Eran los mejores números posibles en los Lakes, que padecieron un calvario en los tres últimos cuartos. En el primero, los Lakers corrieron, rebotearon y recordaron a aquel equipo que asombró en la pasada década. Sus 28 puntos en el primer cuarto cuestionaron la defensa de los Bulls, pero la respuesta del equipo de Chicago fue implacable.

Los Bulls volvieron a demostrar un funcionamiento perfecto. Ganaron el partido desde la defensa y el rebote, y ni tan siquiera necesitaron de una aportación exagerada de Michael Jordan, que anotó 17 puntos, capturó siete rebotes y dio siete asistencias. Los últimos seis minutos del partido los presenció desde el banco. Su equipo había llegado a alcanzar una diferencia de 26 puntos.

La ventaja provenía de la espectacular actuación de Scottie Pippen, que volvió a ofrecer un curso de versatilidad. Tanto como su faceta anotadora, fue decisiva su intensidad defensiva. Junto a Pippen, Rodman fue la habitual máquina de rebotear. Consiguió 23 rebotes, seis menos que la suma total de los Lakers.

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