El Celta incendia el Villamarín
El Betis fue anoche un equipo desequilibrado e indolente que recibió un repaso. Llevaba algunas semanas amagando con un fútbol desordenado. Ayer se le cruzó el diablo, el Celta, un equipo más modesto que lo superó a base de paciencia, orden y puntería. Todo eso junto resultó ser una lección que, con el 0-3, tuvo pinta de terminar en baile. En el Villamarín saltaron anoche todas las alarmas tras el incendio declarado por el Celta. Los béticos sólo habían perdido dos partidos hasta la fecha. Tras la debacle de ayer, al equipo de Serra Ferrer ya no le salen las cuentas. Las alturas de la tabla quedan más lejos. El Celta declaró la guerra en el espinazo del Betis. Durante muchos minutos descoyuntó el rombo improvisado que Serra Ferrer había construido sin su arista más firme, Alexis, que faltó por sanción. Sin él, el equipo perdió la inspiración.Jose Mari estaba incómodo en el papel de distribuidor: tiró pases con más pose que intención y pronto empezó a revelarse como incapaz de domesticar la presión de Merino. El Betis no se manejaba a gusto porque le faltó el patrón en qué basarse y le sobró indolencia. La sensación del tramo que condujo al descanso fue que el equipo más despierto era el vigués. Con un Betis descerebrado y un Celta conforme con reprimir el ímpetu del adversario, el partido empezó a convertirse en un mal trago para la hinchada.
Una puñalada
Media hora tardó el equipo de Fernando Castro en convencerse de que estaba sacando renta del desorden general que reinaba al otro lado: llegó la hora de arriesgar. En tres rápidos contragolpes avisó con que podía llega la puñalada y el Celta se fue al vestuario sabiéndose mejor. Enfrente había encontrado a un equipo vulgar. Sólo Pier salvó la cara en la primera parte. Alfonso no le acompañó, estuvo como ausente.Serra Ferrer se cansó de Jose Mari. Lo sacó del campo y entregó el gobierno a Stosic. El Betis fue a más. En tres minutos, los verdiblancos generaron mayores problemas en el área celtiña que en toda la primera parte. Pero fueron salvas de intimidación, porque fue el Celta el que disparó con balas de verdad.
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