Comunistas, solos o en compañía de otros
La refundación del PCE y su papel en IU y CC OO marcan el XIV Congreso
"No me da la gana de disolver el PCE, hombre". Se le atribuye al secretario general del PCE, Julio Anguita. Y fue una frase más rotunda, por coloquial, que cualquier argumentación. La dijo hace ya cuatro años, en el XIII Congreso del PCE, cuando el debate se movía en la disolución o no del mítico partido comunista. Y hoy, en parte, el debate sigue atado ala misma noria. Las ganas de Anguita han sido en los últimos años las auténticas razones de muchas decisiones del PCE y de IU. Pero esta vez las ganas no son sólo del secretario general.Una parte de los comunistas no ven necesario revitalizar el PCE. Han encontrado ya compañía en otros proyectos. Algunos, incluso, como los catalanes, creen que habría que dormirlo. Otros, los que se agarraron a la supervivencia del PCE, aseguran que no ha muerto. Y dan un paso más: hay que volver a su pasado, al concepto de motor político y social. Y ofrecen datos. Electoralmente, el modelo de partido organizado para y por IU, ha dado excelentes resultados, argumentan. Mañana el Congreso se abrirá con este debate, aunque no será el más importante. El papel del PCE en CC OO e IU van a ocupar buena parte de los trabajos de los 725 delegados que acudirán a la cita.
Las claves del XIV Congreso que inicia mañana sus trabajos van a estar en la definición del papel de este renovado partido ante otras organizaciones. ¿Han sido cuatro años muertos? Para algunos, sí. Si se habla exclusivamente de partido, hay que reconocer que no ha habido avances sustanciales ni en afiliación ni en actividad, salvo en Andalucía donde el partido ha estado más vivo y dinámico. Y los resultados electorales ¿son mérito de IU o del PCE? Depende. El PCA (Partido Comunista de Andalucía) subraya que su política de mantener en funcionamiento el PCA le ha llevado a pasar, electoralmente hablando, de un 13% a un 17%. Desde que el PSUC decidió dormir, ha pasado de un 17% a un 9,5%, argumentan.
El informe de Julio Anguita ante el pleno de mañana reconoce la atonía del PCE, el fracaso en trasladar a la práctica los acuerdos del XIII Congreso. "A partir de este congreso vamos a hacer lo que no hicimos entonces", dice Julio Anguita. "Hacer que la renovación aprobada hace cuatro años se plasme en la realidad. IU es el proyecto del PCE y nuestro objetivo es hacer llegar a la sociedad nuestras propuestas, transformar revolucionariamente la sociedad. En el XIII Congreso esta renovación quedó solapada por el debate de la disolución o la supervivencia".
Pérdida de fuerza
Se aprobó la supervivencia. Y se aprobó la renovación. Pero en política como en el amor, la pasión es efímera. Y a medida que Izquierda Unida ha ido adquiriendo fuerza, el PCE la ha ido perdiendo. ¿Tiene sentido el PCE en la actualidad? Anguita no tiene dudas. Él que recordó en el 75 aniversario del PCE que los comunistas "somos hijos de Lenin", recuerda ahora que también "somos los hijos de una tradición y de una cultura basada en la lucha por las libertades. Los comunistas hemos realizado los mayores esfuerzos en la creación de los movimientos sociales. Somos hijos de una historia terrible también de rencores y de desafectos, pero que siempre ha salido adelante y siempre ha luchado por la libertad".
Por encima del sentimiento, la razón. Los que hoy buscan la pervivencia del PCE se plantean las cosas más a ras de suelo. Para los andaluces, el modelo de partido ya está inventado. El trabajo de los comunistas tiene una doble dirección: en lo político, IU. En lo social, los sindicatos, principalmente, CC OO. No se consideran corriente comunista en IU, como defiende una enmienda de la minoría de Valencia. Son afiliados al PCE que trabajan cohesionados en IU.
Refundar, revitalizar, resucitar. Es lo mismo. Ya lo dijo entonces Julio Anguita: "Este partido ha decidido que continuará y será el PCE de Izquierda Unida". No está tan claro. Para muchos el partido se ha limitado a empujar o colgarse del carro de IU.
El PCE es una gran familia. Y en toda familia hay discrepancias y sobrinos díscolos. También en ésta. Los comunistas catalanes, por ejemplo. No comulgan con las ideas de sus hermanos del PCE, y no están de acuerdo en sacar al PSUC de su hibernación. Y exigen respeto a cada organización, por muy fraternal que sea.
Reto para un debate
En este caso nadie se ha mordido la lengua. Ni se la van a morder en el XIV Congreso, a donde el PSUC va como invita do fraternal. La dirección de los comunistas catalanes ha acusado al propio Anguita de injerencia. Ayer mismo, Francisco Frutos retaba a la dirección del PSUC a que planteara públicamente este debate. Y, planeando por encima, una amenaza no por no expresada menos peligrosa: la posibilidad de organizar a los comunistas catalanes en el PCC.
Y es que no es fácil, a la vez, soplar y sorber, ni, a la vez, respetar la independencia y querer influir. Injerencia, ésta es la palabra más utilizada por CC OO cuando se refiere al PCE. Comisiones y los sindicatos van o protagonizar en buena medida este congreso. Junto con IU. Con una diferencia. Mientras en IU se dice sin ningún rubor, incluso en los textos, que se busca la hegemonía del PCE, al referirse a Comisiones Obreras se tienta uno más la ropa. Tampoco es ésta una postura unánime entre los comunistas. La gente que se aglutina en torno a Ángel Pérez, el secretario general de Madrid, por ejemplo, procuran no tocar las intimidades del sindicato. Tal vez por ello, cuentan con su apoyo explícito.
Pero, a todo esto, ¿con quién está Anguita? ¿Con Francisco Frutos? ¿Con Felipe Alcaraz? ¿Con Angel Pérez? Anguita está por encima de eso, y en su corazón caben y sobran todos. Apoyará a Frutos en la idea de resucitar el PSUC. Coincidirá con Felipe Alcaraz en los análisis sobre CC OO. Irá con Ángel Pérez a la movilización social. Porque cada uno es una parte del todo que él aglutina y acoge. Pero en la batalla en corto no entrará nunca, al menos directamente. Él prefiere la visión del águila. Y su vuelo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.