_
_
_
_
Tribuna:30º JORNADA DE LIGA
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Demostración de quien es el que manda

Ataque. El Valencia con sólo Raúl y Penev como atacantes quiso' repetir su botín de la Copa. Para este partido no fue suficiente, pues Raúl no aportó nada al equipo, y Penev tampoco logró inquietar a la defensa madridista. Jugaron bastante desasistidos por parte de sus compañeros. Todas sus acciones se iniciaban en jugadas individuales y en ningún momento dieron sensación de conjunto a la hora de atacar. El Madrid, con un juego más pausado e intentando controlar en cada momento sus acciones, consiguió llegar, sobre todo en el primer tiempo, con peligro. Su principal arma fue la velocidad con la que entraban tanto Amavisca como Luis Enrique por las bandas. Una vez conseguido el primer gol, cada vez que el equipo madridista robaba el balón organizaba el contragolpe y llegaban la mayoría de las veces a la portería de Zubizarreta. Defensa. El Madrid estuvo durante todo el partido muy seguro en defensa. Por el centro Sanchis volvía, como en encuentros anteriores, a marcar, la diferencia dando seguridad y tranquilidad a su portero. Por las bandas, Lasa tuvo menos problemas, y Chendo solventó su tarea con oficio y seguridad. Su centro del campo aseguraba que los balones no llegaran con peligro a su defensa. El Valencia acumulaba muchos efectivos en defensa. A su línea habitual de cuatro, había que añadirle otros cuatro jugadores que se colocaban justamente delante. De esta manera creaban una tela muy tupida intentando que no hubiera ningún hueco posible que pudiera utilizar su rival. Quizá el único problema que tenían era que algunos jugadores no estaban lo suficientemente atentos a las evoluciones del contrario y se crearon espacios donde ellos nunca pensaban que pudieran ser utilizados por los madridistas.

Más información
El Madrid vivió del contraataque

Ls dos últimos goles .Sus protagonistas fueron los guardametas. En uno de ellos, viendo que el contrario aún estaba luchando en carrera con un defensor, al salir de la portería abrió las posibilidades del delantero. Ante la nueva normativa de que el portero, en caso de hacer falta, puede ser expulsado, la salida fue temerosa ante esta posibilidad. Con una salida quizá un poco más resolutiva hubiera podido llegar al balón, pero lo único que consiguió fue que Zamorano se encontrara cómodo para colocar la pelota por tercera vez en la portería rival. En el otro área, la situación era de obligada salida para el guardameta. Un jugador se encontraba solo ante él. El portero puede utilizar las manos dentro del área, como todo el mundo sabe. En el momento en que Buyo salió con el pie, perdió la ventaja que le da el estar dentro de su área y utilizar las manos. Si hubiese salido extendido en el suelo y con las manos hacia el balón, hubiese limitado las posibilidades de regate de Poyatos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_