Cumbre de bailarines
Profesionales de la danza muestran su últimos trabajos
Es como una reunión de amigos, pero, todos bailarines o aficionados a la danza. Unos muestran sus últimos trabajos y los otros miran y aplauden cuando quieren. La cita es cada tres meses en el centro La Ventilla, que en realidad es el estudio que comparten para ensayar los grupos Diez & Diez Danza y Provisional Danza. Se la conoce como Muestra Coreográfica. Sobre un elemental escenario -unas telas negras para tapar la barra y los espejos del estudio y cinco focos porque no hay potencia para más- uno se puede encontrar con Antonio Canales descubriendo al público sus últimos pasos, o a Carlos Paris adelantando parte de un montaje, o a María José Ribot, Carmen Werner, Teresa Nieto y a otros que no son tan conocidos: casi toda la danza madrileña acude alguna vez a esta cita.Este fin de semana se ha celebrado la cuarta edición de esta muestra. Y, como otras veces, las gradas, para 80 espectadores, resultaron escasas. "Al principio acudía gente de la profesión. Ahora viene gente de todo tipo", comentaba Pedro Berdayes, de Diez & Diez Danza. Él, Mónica Runde y Carmen Werner, inspiradores de esta informal muestra, tratan de "poner en rodaje el trabajo de los bailarines y ofrecer avances, de grandes producciones".
Libertad absoluta
Los bailarines tienen libertad para hacer lo que quieran durante un tiempo máximo de 15 minutos; nadie se lucra y, una vez cubiertos los gastos de luz, el dinero que paga el público -500 pesetas- se destina. a una organización no, gubernamental o a los gastos de desplazamiento, si hay algún grupo que llega de fuera. Esta vez -ingresará en Médicos Sin Fronteras.
Este fin de semana también hubo profesionales consagrados junto a otros poco conocidos. Para los primeros es una manera de tantear la reacción del público: Olga Mesa se presentó con un monitor de televisión en una pieza q9e era como un collage sonoro. Africa Morris ofreció una pieza con inúsica de Albéniz. Francesc Bravo bailó con ritmos inspirados en el funk. Carmen Werner, de Provisional Danza, empezó su pieza con un discurso en alemán que daba paso a la música barroca de Bach. Y María José Ribot apareció en el escenario desnuda y tendida en el suelo, y así permaneció hasta que recitó unos versos; de Pessoa: es una de las Cien piezas breves distinguidas que esta insigne bailarina se ha propuesto crear. "Son distinguidas porque son ideas sin adornar", comentaba. De momento lleva 13.
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