El líder ve la luz en el descuento
La suerte de los campeones llama a las puertas del Móstoles
El Móstoles tuvo que apelar ayer a eso que llaman la suerte de los campeones para salir de las tinieblas. Hizo un partido feo y antipático, pero lo ganó.Todos los valores que le han llevado Madd a sentarse en el trono de la clasificación se los dejó en el vestuario.Enseñó 93 minutos de desdicha y alcanzó el éxtasis con el partido a punto de morir. Eso es un líder.
Estaba feliz el Lugo con su empate a cero, tan sobrio, tan trabajado, y el árbitro no miraba su muñeca izquierda. Apareció entonces Rubén en el área, en una acción que apenas abrigaba peligro. Pero se lo inventó. Su bota derecha dejó a un par de defensas atragantados y al balón en un hueco al que no llegó ningún compañero. Llegó él. Su centro al punto de penalti lo cazó Aguilar para clavarlo en la red. En un minuto que en pocos partidos existe, el noventa y tres, el Móstoles agarró su liderato con la fiereza -y con la suerte- que sólo tienen los equipos de altura. Pero el fútbol, el de verdad, no se asomó ayer por Alcorcón. El Lugo enseñó detalles de buen gusto. Manejó el partido con facilidad y no dejó al Móstoles abrir un solo grifo.
El peligro que creó vino a balón parado y con un tremendo aroma a gol. Borge la puso en la cruceta y Toño hizo lucirse a Pozanco en dos ocasiones. Con el balón quieto, los gallegos hacían daño.
El empate era suficiente regalo para los locales, que en más de un lance tuvieron un desarrollo tan vulgar como éste: Pozanco saca largo y su lanzamiento llega mansamente a las manos ' de Domínguez. El primitivismo le podía a un Móstoles encerrado en el cuarto oscuro. Y tropezándose con los muebles andaba cuando Rubén la puso en el área y Aguilar voló. La suerte había acudido a la llamada del líder.
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