El hijo de Cruyff salva al Barça
El Camp Nou descubrió al otro Cruyff. Su padre lo inscribió hace 20 años en el registro civil con el nombre de Johan Jordi. Ahora lo ha catalanizado y se llama Jordi a secas, pero lleva un apellido ilustre que no es una excesiva carga para sus frágiles espaldas. El conocido locutor radiofónico Joaquin Maria Puyal lo bautizó, sin ningún ánimo peyorativo, con el apodo del hijo del amo. Pues bien, anoche Jordi no solamente fue, el hijo de Cruyff sino también el amo y el señor de un partido engorroso que el Barça resolvió gracias a dos acciones individuales suyas Marcó un espléndido gol de cabeza y provocó un penalti inexistente, que transformó Koeman y que significó la victoria frente al modesto Racing que a punto estuvo de protagonizar la sorpresaJohan Cruyff aseguró hace escasos días que no estaba dispuesto a matar a su hijo ni arriesgarse a que 100.000 espectadores le abroncaran. Ayer intuyó que podría ser el gran día de Jordi y aprovechó la circunstancia de que el Barga estaba en cuadro sin Guardiola, Stoichkov, Hagi, Eskurza y Abelardo para que confirmara su alternativa en el coliseo azulgrana. Para arropar su valiente decisión también hizo debutar al joven Luis, procedente del filial. Todo le salió redondo porque sigue siendo un hombre de suerte al que se le debe acariciar la chepa y comprar acto seguido un décimo de lotería.
Jordi Cruyff no tiene la clase de su padre, pero es un buen futbolista. Domina el balón con las dos piernas; remata bien con el pie y la cabeza; se desmarca con facilidad; lee bien los partidos; y, además, ha adquirido la pillería de su padre que era capaz de engañar a los árbitros. Sólo tiene un problema: su físico. Pero ya está en vías de solución.
Cuando el ruso Popov enmudeció el Camp Nou con un gol tempranero, que sorprendió a Busquets, la rabia contenida de Jordi Cruyff., que no podía permitirse el lujo de fallar, contagió a sus compañeros. Su cabezazo serenó la mente de un equipo que sigue sin inspirar confianza, al que le falta velocidad, le cuesta aguantar el balón, carece, circunstancialmente de una columna vertebral sin artrosis galopante y no tiene capacidad ofensiva. Romarlo no está para muchos trotes. El hijo de Cruyff, sí.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
El número 2 del Govern de Cataluña insta a Junts a pactar con el PSC por “patriotismo”
Muere el actor Isiah Whitlock Jr., conocido por ‘The Wire’ o ‘La última noche’, a los 71 años
Los bares y restaurantes más relevantes de 2025 en Cataluña
San Silvestre Vallecana: horario, dónde ver y recorrido de la carrera
Lo más visto
- La Audiencia Nacional avala la decisión de Robles de retirar el nombre de Franco a una bandera de la Legión
- La auditoría de los pagos del PSOE descarta la financiación irregular, pero cuestiona gastos reembolsados a Ábalos
- Bukele dice que le gustaría seguir gobernando en El Salvador “10 años más”
- “A mi taller vienen economistas y abogados buscando dar un cambio a su vida”: Mike Hausmann, el ebanista que se negó a vivir pegado al ordenador
- Los ‘tickets’ que Ábalos pasó al PSOE: una comida para nueve en Navidad, “un menú” de 332 euros y cenas en distintos sitios a la misma hora




























































