"Quiero olvidarme de las zapatillas"

Diego García (Azkoitia, Guipúzcoa, 32 años) ya fue decimotercero en los Mundiales de Tokio 91 y noveno en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. Tiene una tienda de deportes y se dedica por entero a correr. Le entrena Santiago Pérez.

Pregunta. ¿Por qué asumió la responsabilidad de tirar de los tres en el momento clave?

Respuesta. Había que trabajar en equipo para impedir que Nerurkar se nos acercara. Era un hombre peligroso si llegábamos todos juntos al estadio. Yo no hacía más que mirar para atrás, porque esos segundos que manteníamos de ventaja eran preciosos y no podíamos perderlos. Eso era lo importante; lo de las medallas vendría después, pero primero, a asegurar que los tres íbamos a ser primeros.

P. ¿La iniciativa que tomó decidió la carrera?

R. Lo realmente decisivo sucedió poco antes, cuando estábamos los tres junto con los dos portugueses. Empezó a haber intercambio de posiciones y nos dijimos o nos vamos todos juntos o podemos echarlo todo a perder, porque con los rivales no íbamos a entendernos para seguir tirando hasta el estadio y que no nos cogieran por atrás.

P. ¿No es sorprendente este resultado?

R. Sorprendente, no. Ahí están las marcas que hemos realizado y por eso hemos sido los tres primeros. Si nadie nos conocía hasta ahora, ya tiene donde consultar.

P. ¿Qué sentimientos tuvo cuando se fueron alejando unos de otros?

R. Me dio pena, pero el deporte de alta competición es así.