La plantilla de Gillette exige a la junta responsabilidades por anunciar un inversor 'fantasma' para la fábrica
"Si el inversor no existe o se retira por haber sido utilizado electoralmente, vamos a exigir responsabilidades", aseguró ayer el presidente del comité de empresa de Gillette, José Fernández Lara, incrédulo ante las noticias contradictorias sobre la anunciada alternativa al cierre de la fábrica de la multinacional estadounidense. El PP, hasta ahora alejado del conflicto, ha acusado al presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, de haber anunciado un falso comprador con motivos electorales.El Gobierno andaluz sigue asegurando que las negociaciones con Pedro María Pérez Boíllos, propietario de la empresa vasca Saico, continúan.
Tres meses después de que el consejero de Trabajo, Francisco Oliva, asegurara públicamente que existían medios para impedir que Gillette cerrara una factoría con más de 400 millones de beneficios anuales, sólo existe la certeza de que la multinacional estadounidense abandona su planta en Sevilla. El director general de Industria de la Junta, Julio Alba, recibió la última de una larga serie de confirmaciones en Londres, donde fue recibido por directivos de la multinacional en pleno, campaña electoral.
Sin embargo, Alba no regresó sólo con el desprecio de la multinacional a la posición oficial del Gobierno contra el cierre de la factoría. En Sevilla comunicó a los trabajadores que se había confirmado la inversión de un industrial vasco responsable de un grupo de empresas del sector químico que absorbería a los trabajadores afectados por el cierre y que sería presentado el martes 14 de junio, después de las elecciones.
El 'guillemocho'
Hasta ahora, el Ejecutivo andaluz no ha presentado a nadie. "No sé si será verdad que este inversor existe", comentaba ayer Fernández Lara. El mismo comentario que hizo cuando le fue comunicado la existencia del anónimo empresario a dos días de la jornada de reflexión. Pedro María Pérez Boíllos es el único industrial que ha confirmado haber negociado con la Junta. Después ha matizado que la inversión no estaba garantizada y ha dudado de la continuidad de las negociaciones.La sombra de la falsa inversión en una planta petroquímica anunciada en Asturias, conocida como el timo del petromocho, y que causó la dimisión del presidente del Gobierno asturiano Juan Luis Rodríguez Vigil, planea sobre Andalucía. Los trabajadores de Gillette, que han comenzado a denominar este asunto como el guillemocho, ya han anunciado que pedirán responsabilidades y dimisiones si en los próximos días no se confirma la existencia del anunciado inversor. Por el momento, y mientras no se despejen las dudas sobre la viabilidad del proyecto alternativo, los trabajadores mantienen la convocatoria para hoy de movilizaciones en el centro de la capital andaluza.
Pese a todo -porque según el propio Fernández Lara "el objetivo es el empleo"-, el comité de empresa quiere dejar cierto margen de confianza. "No vaya a ser que exista y lo vayamos a espantar", explicó ayer el representante de los trabajadores.
A la reivindicación de éstos se ha unido la reacción del Partido Popular, que asegura que la existencia de un comprador para la factoría ha sido, según aseguró el secretario general de esta formación en Andalucía, Manuel Pimentel, "una trampa electoral".
Mientras crecen las dudas, la Junta justifica el aplazamiento indefinido de la presentación del empresario, decidido el mismo 13 de junio, en la necesidad de mantener la discrección sobre un proyecto que, según el propio Gobierno, peligra si se hace público.
Montaner indicó en una conferencia de prensa que "los contactos entre la empresa Saico y la Junta continúan, en contra de las afirmaciones que se han hecho últimamente".
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