El acuerdo entre constructores y federación mantiene el GP de España

La amenaza de aplazamiento que planeaba sobre el Gran Premio de España, quinta prueba puntuable para el campeonato del mundo de Fórmula 1, se desvaneció ayer en Mónaco después de que la asociación de constructores (FOCA) y la Federación Internacional del Automóvil (FIA) llegaran a un acuerdo en una larga reunión que duró siete horas y en la que también estuvieron los representantes de los pilotos.La reunión empezó bajo la amenaza latente de un posible plante por parte de la FOCA. Flavio Briatore, jefe de la escudería Benetton Ford, lo había anunciado pocas horas antes, y Frank Williams, patrón de la escudería británica, le había apoyado: "La federación se burla de nosotros". El británico Max Mosley, presidente de la FIA, había mostrado una actitud inflexible: "Si hay unanimidad sobre unas medidas más eficaces, lo discutiremos. De lo contrario no cederé en absoluto".

En la raíz del problema están las dificultades de los ingenieros que diseñan los bólidos para tenerlos a punto para el circuito de Montmeló. La FIA tomó de forma unilateral un paquete de nuevas medidas de seguridad, muchas de ellas afectaban a los bólidos, y obligó a que empezasen a ponerse en práctica en el trazado barcelonés. Por ello, los constructores pidieron que la prueba a disputar en Barcelona se aplazase hasta el próximo 16 de octubre. La reunión de ayer, finalmente, desbloqueó la situación.

Uno de los directores técnicos desvelé: "Además de la reducción del alerón delantero y del difusor, hemos acordado suprimir la toma de aire y para que no se permita la utilización de gasololinas especiales ya a partir del Gran Premio de España en el que supervisaremos todas las nuevas medidas".