Inspecciones con aviso previo

De los 70 barcos españoles inspeccionados en el extranjero en 1993, tres fueron detenidos en el Reino Unido, Holanda y Francia, respectivamente. "El de Francia fue un caso excepcional", declara el capitán Laureano Fernández, miembro de la comisión ejecutiva del MOU. "Era un barco que al aproximarse al puerto de L'Havre encalló y sufrió una avería. Fue detenido cuando se detuvo para repararla". Dentro de España, las inspecciones a los barcos propios se realizan con calendario programado, de manera que muchos se ponen al día en vísperas de la inspección. La Marina Mercante tiene el propósito "inminente" de implantar las inspecciones sin preaviso.

Los inspectores gozan de carta blanca para sus informes y decisiones. Unos son muy rigurosos, como el que recayó sobre el barco español de L'Havre; otros son más contemporizadores. Para armonizar los criterios de detección de buques, el próximo 5 de mayo se reunirá en Dublín un grupo de trabajo con un listado de normas que, si consigue el visto bueno del Comité Ejecutivo del MOU, podría entrar en vigor en un plazo inferior a los cinco meses.

Según este listado, los criterios principales a tener en cuenta para detener un barco son: carecer de documentación correcta; falta de seguridad para hacerse a la mar; presentar fallos estructurales en la propulsión, sistemas de emergencia, dispositivos de salvamento y comunicaciones; transportar sustancias para las que no está autorizado o padecer corrosión en su casco y, en general, que incumpla las medidas medioambientales y de seguridad e higiene en las áreas destinadas a sus tripulantes.

El año pasado se produjeron 485 accidentes en aguas españolas, con un balance de 65 muertos, 53 desaparecidos y 1.340 rescatados. Más de la tercera parte de estos accidentes (197) fueron protagonizados por barcos extranjeros.