Los guerristas andaluces exigen a Chaves puestos clave a cambio de apoyarle en la secretaría regional
LOURDES LUCIO Los socialistas andaluces están en pie de guerra. A tres días del inicio del séptimo congreso regional, guerristas y renovadores mantienen sus posiciones, y los contactos para llegar a un acuerdo están bloqueados. Pese al tono amenazante de las declaraciones, la conducta de los dos grupos parece responder a una estrategia: aguantar hasta el final para lograr mayor tajada. Los guerristas empiezan a hacerse a la idea de que el presidente de la Junta, Manuel Chaves, será el próximo secretario regional y exigen puestos clave para contrarrestar la "excesiva institucionalización" del partido.
La comisión negociadora, integrada por cuatro guerristas y cuatro renovadores, aún no ha llegado a acuerdos. Cada grupo mantiene los vetos y las amenazas, y espera del contrincante un gesto que rompa el clima de hostilidades.Los guerristas son conscientes de que, les guste o no, Chaves, que cuenta con el apoyo del 63,2% de los delegados, será el próximo secretario regional, por lo que sus aspiraciones van encaminadas a ocupar puestos con suficiente influencia. No obstante, este grupo mantendrá hasta el último minuto la candidatura de Carlos Sanjuán a la secretaría regional.
En una reunión celebrada en Sevilla el lunes, los ocho miembros de la comisión se mantuvieron firmes en sus posiciones y trataron aspectos organizativos del congreso: debate de las enmiendas, elección de las presidencias de las comisiones y de la mesa. Sólo hubo pacto respecto al primer punto.
Los guerristas, presionados por los dirigentes de Granada, vetaron el nombramiento del alcalde granadino, el renovador Jesús Quero, para presidir la mesa, por tratarse de un dirigente del sector minoritario de la provincia.
En las conversaciones no se avanzó sobre la posibilidad de presentar una lista única. Los hombres de Guerra mantuvieron formalmente su oposición a que el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, compatibilice el cargo con la secretaría regional, a lo que los renovadores respondieron con una amenaza: votar contra la gestión de la ejecutiva saliente.
Los guerristas tachan esta advertencia como una declaración de guerra sin precedentes. El propio Sanjuán la consideró, en declaraciones a Efe, como "un chantaje intolerable". "No voy a consentir de ninguna de las maneras que una gestión colectiva de la que me siento razonablemente, orgulloso se utilice como moneda de cambio", afirmó.
Reunión de Ciscar y Sanjuán
El secretario de organización del PSOE, Ciprià Ciscar, se reunió de ayer en su despacho de la madrileña calle de Ferraz con Sanjuán, informa . Ciscar pidió al dirigente andaluz que reconsidere su actitud y no presentara una lista alternativa a la de Chaves, según las fuentes informantes. Sanjuán parece que no se comprometió a nada en concreto, probablemente para no descubrir todas sus cartas, aunque Ciscar dedujo que había una buena disposición para encontrar un acuerdo por parte del todavía secretario general andaluz.
No obstante, el malestar de los guerristas con los renovadores es considerable. "Con ultimatos es muy difícil negociar", afirmó ayer el guerrista Enrique Linde, quien añadió que "algunos renovadores y renovadoras están mejor calladitos", en referencia a Carmen Hermosín y Luis Yáñez. Otro dirigente de este sector, el secretario provincial de Granada, Ángel Díaz Sol, manifestó: "Con esa prepotencia no se puede llegar a ningún acuerdo".
Por su parte, el portavoz de los renovadores en la comisión negociadora, José Caballos, afirmó que el debate sobre la candidatura de Chaves a la secretaría general está zanjado: "Lo que no puede pretender la minoría es ganar en las negociaciones lo que perdieron en la elección de delegados".
Caballos advirtió que cuestionar el liderazgo de Chaves "debilita la fortaleza electoral de los socialistas en Andalucía" y apeló a la "responsabilidad" de los guerristas y a la "generosidad" de los renovadores para hacer posible el acuerdo.
Chaves se mantiene por el momento al margen de las negociaciones. El presidente andaluz quiere dar a Sanjuán la misma medicina que González le dio a Guerra en el congreso federal y no ha mantenido ningún contacto previo con él.
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