400 adultos aspiran a entrar en la Universidad
Un total de 410 personas se presentaron ayer a los exámenes de acceso para mayores de 25 años en la Universidad Autónoma. Amas de casa, delineantes, bomberos, secretarias, fontaneros y hasta algún jubilado pretenden reencontrarse con los libros.
Media hora antes de que se abrieran las puertas de los dos salones de actos del centro, los aspirantes universitarios intentaban aplacar los nervios. En unos, la excitación era evidente; en otros, se disimulaba sosteniendo con mano temblorosa un cigarro. "¿Nervios? No, qué va. Estamos muy tranquilos", decía irónicamente, sin parar de moverse un instante, Javier, empleado de una empresa de instalaciones eléctricas, de 37 años, quien, tras 20 años alejado de los estudios, sueña con ejercer como abogado.El examen consistía en tres pruebas elaboradas por un tribunal, compuesto por un representante de cada facultad. En la primera prueba había que elegir un tema de actualidad entre los cuatro que se ofertaban: salud y medio ambiente, objeción de conciencia, la reforma del mercado laboral y la televisión. Preguntas como dónde situar el Pico de Almanzor, saber a qué estilo pertenece la catedral de Burgos, quién fundó la Academia (en el 387 antes de Cristo) en Atenas o quién escribió Mariana Pineda, se encontraban en el examen tipo test. Otra de las pruebas comunes para Letras y Ciencias (estos últimos dependiendo de la carrera elegida, tenían que pasar además una prueba específica) era la traducción de un texto a elegir entre cuatro idiomas.
En el descanso, los alumnos comentaban la dureza de las preguntas. Sin embargo, para Bernardo Álvarez, delegado del rector para acceso a la Universidad Autónoma, las pruebas apenas presentaban dificultades. "No se requieren muchos conocimientos para pasar este examen", afirma Álvarez.
Carmen dejó de estudiar a los 14 años y llegó acompañada al examen de su marido y de su hijo de nueve años. "Quiero estudiar Geografía e Historia, pero sé que en la prueba del inglés voy a tener problemas. Estoy nerviosísima", decía. A su lado, su marido, que a sus 41 años también estudia, le animaba.
Nada que perder
Mucho más tranquilo y con la seguridad que dan los años, esperaba Juan Pérez, un jubilado de 62 años. "A mí ya no me quita el sueño ningún examen. No tengo nada que perder, además no pienso ejercer", decía el hombre, retirado ya como técnico de aviación que quiere estudiar la carrera de Derecho.Este año, el número de personas mayores de 25 años que quiere acceder a la universidad ha aumentado. En total, se han presentado 410 frente a las 125 del año pasado. Los resultados de las pruebas, a partir de la segunda quincena de abril.
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