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No va más

Argentaria, BBV y Santander toman posiciones de cara a la subasta de Banesto

El Santander y el BBV pueden arrepentirse toda la vida de no haber tomado la decisión a su debido tiempo. Tuvieron antes que nadie la oportunidad de quedarse con Banesto y no se decidieron. Los días previos a que estallase la crisis, el pasado 28 de diciembre, el Banco de España les ofreció/ pidió, primero por separado y después juntos, que se hicieran cargo de Banesto. Pero entonces los dos Emilios (Ybarra y Botín) se mostraron muy fríos o no quisieron arriesgar a ciegas.Emilio Botín, presidente del Santander, dijo entonces que su punto de mira estaba en Estados Unidos mientras que Emilio Ybarra, presidente del BBV, esgrimió que no se podían quedar el banco sin conocer previamente la cuantía del agujero. Ahora ya se sabe que se trata de, 245.000 millones de pesetas y un déficit patrimonial de 605.000 millones. Botín e Ybarra han cambiado las miras y los dos quieren quedarse con Banesto. Pero ahora ya no están solos. Se les ha unido el grupo público Argentaria. Perdida la gran oportunidad, a la que tanto valor daba el padre Bernaola, el mítico maestro jesuita de la Comercial de Deusto, donde se han forjado muchos de los banqueros actuales hoy en liza, empieza la carrera de la banca española por lograr el liderazgo.

Aunque la toma de posiciones comenzó hace ya tiempo, la verdadera carrera no se inició hasta el pasado viernes, cuando el gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, dio el pistoletazo de salida al anunciar en el Congreso de los Diputados las condiciones básicas y que el banco se venderá el 9 de mayo, aunque las ofertas deben presentarse antes del 25 de abril. Rojo dijo que podrían acudir todas las entidades que quisiesen, españolas o extranjeras, pero, como buen juez, ya hizo una selección de salida. El principal criterio requerido para competir es que el comprador -o entidad que lidere el grupo comprador- tenga unos recursos propios superiores a los de Banesto tras la ampliación de capital. Es decir, más de 247.000 millones de pesetas.

Con esta premisa de partida, la batalla se presenta como una pugna en tres calles, defendidas por el Santander, BBV y Argentaria. El Banco Popular, el más rentable y sólido de los bancos españoles, que seguía hasta el viernes deshojando la margarita, no ha tenido más remedio que retirarse. Su tamaño -144.000 millones de recursos propios- le impide acudir a la subasta por sí solo. Sin embargo, al banco de los hermanos Valls, que ha convocado un consejo extraordinario para dilucidar cuál será su posición, tiene posibilidad de engancharse en un grupo de los citados. Su socio ideal, según el propio Luis Valls, es el BBV. Por el contrario, el Banco Central Hispano (BCH) sí tiene recursos suficientes, pero se ha descolgado por voluntad propia para centrarse más en su reajuste.

Es posible, además, que puedan incorporarse otras entidades, como bancos extranjeros (Crédit Lyonnais o Deustche Bank) o cajas de ahorros (La Caixa y Cajamadrid), que cumplen los requisitos de recursos propios. En su mano está el formar nuevas ofertas en solitario o con otros socios. Algunas cajas medianas ya anunciaron al semana pasada que estaban dispuestas a entrar en algún pool.

Los gestores de los bancos interesados buscan lo que Botín dijo a sus accionistas: que "no contamine" la cuenta de resultados. No quieren que la incorporación de Banesto suponga poner barreras y que no tendrían si siguieran solos. La tarea más ardua para el Banco de España a la hora de evaluar la mejor oferta será cuál es la más capacitada para generar más beneficios y para limpiar las deudas de Banesto. Todos parten de beneficios cuantiosos en el último ejercicio y situación financiera sana.

Uno de los factores que ha empujado a los bancos a luchar por Banesto es su excelente implantación en las poblaciones de menos de 50.000 habitantes. La presencia de los tres es significativamente más reducida. Banesto tiene un total de 2.322 oficinas y casi la mitad (el 47%) están radicadas en poblaciones de menos de 10.000 habitantes. El BBV, con un total de 2.712 oficinas, sólo tiene el 26%; el Santander sólo cuenta con 1.440 oficinas, el 21%, y Argentaria no llega al 20%. Banesto, además, tiene el 24% del total del sistema bancario español (sin contar las cajas) en poblaciones de menos de 10.000 habitantes.

Algunos analistas coinciden en que Argentaria es el que mejor encajaría un banco como Banesto, porque es el único que no tiene en su grupo ninguna entidad con una marca comercial de tanto arraigo y porque se complementa perfectamente con su red. Santander y BBV temen que Argentaria esté también en condiciones objetivas de pagar un precio más elevado. Argentaria está en pleno proceso de privatización y la adquisición de Banesto podría significar un aumento de beneficios para el Estado si continúa este camino. En la venta de un nuevo segmento -de una tarta mucho mayor-, el Estado podría recuperar parte de sus ayudas actuales.

La batalla, en estas coordenadas, no parece que se desarrolle ajena a presiones políticas y otra suerte de intereses. El Partido Popular ya dio a conocer a las autoridades monetarias su desagrado por la presencia de Argentaria y en círculos financieros ha trascendido su querencia por el BBV. Así lo han reconocido los diputados del PP Luisa Fernanda Rudi y Cristóbal Montoro.

Por otra parte, los socialistas se hallan divididos frente a Argentaria. Mientras algunos sectores coinciden con Izquierda Unida y los sindicatos al defender que si el Estado pone dinero para salvar Banesto es lógico que sea un banco público el que lo adquiera (el diputado de IU-IC, Ramón Espasa, aprovecha cualquier momento para subrayarlo), otros consideran que no es bueno políticamente que un banco con mayoría de capital público intervenga en el litigio aunque sólo sea para evitar la acusación de nacionalización. El diputado socialista Juan Pedro Hernández Moltó, que primero se opuso a la entrada de Argentaria, manifestó hace pocos días la conveniencia de que sí esté presente en la puja.

El Santander, aparentemente, es el más distante de las presiones políticas y así se quieren mantener, según fuentes de la entidad. Es, por esta razón y por contar con el balance más sólido, y, sobre todo, tener la mayor capacidad de generar beneficios, quien goza desde un principo de la mayor consideración. Para su asesoramiento ha contratado a Warburg y a MacKinsey.

Argentaria, a pesar de las cautelas iniciales, cuenta con luz verde del Gobierno y del Banco de España. Rojo dijo el viernes que si dejaba que participase un banco público europeo por qué no iba a dejar que lo hiciese uno español. En otras palabras, las autoridades se han comprometido a no poner trabas por tratarse de un banco en el que el Estado controla la mayoría.

El BBV, que contrató los servicios de Merryll Lynch para asesorarse en la operación, tiene también importantísimas bazas a su favor. Es un banco con un amplio y sólido balance. Seguramente es la entidad que cuenta con el equipo de profesionales competentes más numeroso: no tuvo problemas para dejar a 16 ejecutivos, incluido Alfredo Sáenz, para gestionar provisionalmente Banesto. También ha sido una suerte que Salomon Brothers haya sido el elegido por el Banco de España para diseñar los detalles de la operación.

La opinión de Salomon

n un reciente informe, Salomon Brothers comentaba que el BBV era el banco mejor situado para quedarse con Banesto. Salomon justificaba esta opinión con los siguientes argumentos: El BBV "ha recibido el apoyo público del Banco de España, lo que significa un aumento creciente de su influencia respecto a la autoridad monetaria y el Gobierno". Además, añade el banco de negocios, la operación "puede significar una magnífica oportunidad para adquirir el Totta y Acores, en definitiva una mejor alternativa que el fracasado intento sobre el Pinto y Sotomayor".

El problema es que el banco que preside Ybarra todavía digiere la fusión entre los antiguos Bilbao y Vizcaya. De este banco procedía, precisamente, Alfredo Sáenz. Ahora cabe preguntarse cuál será su futuro cuando se haga la venta. Todos, desde Rojo a los diputados de la comisión de investigación de Banesto, respaldan la gestión realizada desde su incorporación. El gobernador, sin embargo, aclaró: "No puedo exigir al comprador que Sáenz siga".

El futuro comprador -o compradores de Banesto- tendrá que adquirir las acciones que suscriba el Fondo de Garantía (450 millones por valor nominal de 180.000 millones de pesetas), lo que supone en torno al 74% del capital futuro de Banesto. Posteriormente, tendrá que repartirlo entre otros accionistas, aunque no podrá desprenderse de un porcentaje a determinar -entre el 5% y el 35%- en un periodo a fijar entre tres y cinco años, según el pliego de condiciones que prepara el Banco de España con el apoyo de Salomon. Parte de las acciones se colocará entre los actuales accionistas, con un techo máximo; otra parte, en un tramo institucional.

El Fondo, en cualquier caso, hará la operación al precio que marque la Bolsa, con lo que le pemitirá obtener plusvalías sobre el dinero invertido. Estas plusvalías existirán si, el día de la subasta, la cotización supera las 400 pesetas de nominal.

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