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Echanove llega con sus famosos jamones

El actor acude al Albéniz con "El cerdo", un monólogo con el que triunfa hace meses

A sus 32 años se ha convertido en el actor de moda. El público ya ha empezado a reservar entradas para ver a Juan Echanove en El cerdo, una adaptación teatral de Estrategia para dos jamones, de Raymond Cousse, en versión de Antonio Andrés Lapeña y dirección de José Luis Castro, que se estrena el próximo miércoles. Para interpretar este papel tuvo que convivir en unapocilga. Su personaje, cuyo último objetivo en la vida es convertirse en un par de buenos jamones, le sumerge, por un lado, en una profunda tristeza, y por otro, en el goce de estar viviendo un gran éxito.

Echanove no lo duda: esta obra es el gran reto en su vida. Tras 75 representaciones, ha aprendido que el ser humano y el cerdo son dos animales explotados en toda su extensión, desde que nacen hasta que mueren.Además de desplegar todo un sentimiento de ternura hacia los marranos, Echanove confiesa envidiarles por otro aspecto: "La capacidad de eyaculación de un cerdo es 100 veces superior a la de un hombre, por lo que concluyo que el rey de la creación no es el que siempre se había dicho", dice de estos animales, con los que llegó a convivir en una pocilga de un pueblo cordobés. A pesar de su discurso no ha dejado de ingerir cerdo estos meses: "Eso sí, intento que sean productos de extrema calidad".

Soledad y tristeza

Cuando Echanove estrenó este monólogo, el pasado 1 de octubre en Sevilla, no sospechaba que iba a conocer, en sus propias carnes y en un escenario, niveles tan profundos de soledad y tristeza. "Si no trabajara con la compañía que tengo, no podría hacer este montaje", aseguraba el pasado miércoles en su domicilio ante un aparados repleto de cerditos y cerditas que le han regalado los amigos.

Además de actor de moda, Echanove se ha convertido en un acaparador de premios. Su labor de interpretación le ha valido, hasta el momento, la. Concha de Plata del Festival de San Sebastián, un Goya, el del Festival de Montevideo, el Ondas y el Sant Jordi.... "Sé que soy muy joven para que me ocurra todo esto y sé que me espera una vuelta de tuerca, porque este país no perdona, pasa factura, me van a dar de hostias por todos los lados, lo he visto con muchos amigos...", dice.

Echanove compagina su carrera como actor con la cocina, una de sus grandes pasiones. Su nevera guarda suculentos guisos cocinados por él. Si tiene invitados, le gusta preparar con gusto exquisito la mesa en la que recibe a sus comensales.

Interpretar esta obra ha tenido un curioso impuesto para Echanove. "El precio por hacer El cerdo es ser un fenómeno parateatral, todo lo que nunca hubiese querido ser; llenar una sala en estos momentos es sospechoso de no sé qué cosas". Habla con resentimiento cuando afirma: "Sé que mucha gente me considera un fenómeno parateatral, creen que este monólogo está bien, pero que no es teatro, y nunca podrán entender que yo me he formado con pequeños papeles en el Centro Dramático Nacional, que siempre he sido un peón de brega de grandes actores como Josep Maria Flotats, Alfredo Alcón o José Bódalo".

En cualquier caso, está seguro de que no cambiaría este país por ningún otro: "Lo malo es que ya no estamos en la era de la envidia, estamos en la de la depredación".

En el escenario, lo que más le preocupa es comunicar verdad: "Que todo lo que sienta el espectador vea que realmente me está ocurriendo, a medida que crezco en edad entiendo mejor a Stanislavski". Al hablar de su formación actoral dice todo serio, aunque suene a broma: "Soy autodidacta de la escuela llamada circuitos Juan Diego, cuya primera premisa es trabajar 26 horas al día; él y el director de cine José Luis García Sánchez me han dado todo lo que soy y me han quitado también 10 años de juventud, pero no me lamento, intento comunicar verdad".

El miércoles llega al teatro Albéniz de Madrid, después de pasar este fin de semana por Toledo, cargado de energía: "En cada una de las representaciones salgo a muerte y sé que me la juego porque voy a por todas... Por ahora sigo ganando en la ruleta, pero también estoy preparado por si de repente esto se convierte en una ruleta rusa, con una bala en la recárnara".

El cerdo de Echanove en teatro Albéniz (calle de la Paz, número 1 l). Desde el miércoles 16 de febrero hasta el 13 de marzo. De martes a sábados, a las 21.00 horas. Domingos, a las 19.00. Entradas: 2.000 y 1.500 pesetas.

El suicidio del escritor bombero

Echanove se siente fascinado por el autor de esta obra, el escritor y bombero francés Raymond Cousse. El actor se siente transmisor no sólo del mensaje del texto, sino del propio testamento de Cousse, que se suicidó hace tres años. Muchos piensan que los motivos de su suicidio están explicitados en Estrategia para dos jamones. "En esta obra habla de algo de lo que somos culpables todos" dice Echanove. "Esos cuatro metros cuadrados de existencia Cousse los delimita muy bien, una metáfora que afecta tanto al rey como al más tonto de los súbditos...". "La sociedad ha tirado la toalla contra la soledad, no la quiere combatir, es un mal tan inconfesable que hay gente que la defiende, sin ver que es a través de la soledad como se llega al mayor egoismo, pensando que uno está sólo porque no le interesa nadie más y termina teniendo como amigo su propio yo, ¡qué horror!". Para Echanove esa soledad es la del cerdo frente a la matanza: "El cerdo quiere que le sacrifiquen y perdurar en la memoria como un buen jamón". Y finaliza rotundo: "Para mí, este cerdo es un psicoanálisis diario".

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