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Varias federaciones de UGT se rebelan y piden la retirada de toda la dirección actual

La lucha por suceder a Nicolás Redondo al frente de UGT ha estallado. Cuando faltan dos meses para el congreso en el que se debe producir el relevo, varias federaciones -construcción, metal, transportes e industrias afines- se han rebelado, piden la retirada de toda la dirección y no apoyan al candidato oficial, Antón Saracíbar. Esos movimientos esconden una pelea de poder y discrepancias con la manera en que se está gobernando el sindicato. El dirigente de construcción, Manuel Garnacho, asegura que sus diferencias estriban en "cómo se ha llevado la negociación con el Gobierno, que no ha dejado más salida que la huelga general" y que UGT "podría estar herida de muerte si no cambia".

Manuel Garnacho y los responsables de la federación de construcción han sido los únicos en hacer públicas sus discrepancias con la dirección del sindicato. Pero en otras federaciones se han producido resoluciones y debates internos en los que se ponen de manifiesto esas diferencias, como es el caso de transporte, industrias afines y metal, que piden una renovación de toda la actual ejecutiva confederal del sindicato, que se añadiría a la retirada ya anunciada de Nicolás Redondo y José María Zufiaur. Eso significa que no apoyan al candidato oficial, Antón Saracíbar, apoyado por Redondo.Transportes ya ha adoptado una resolución formal promoviendo la candidatura de Manuel Fernández Lito, actual líder del metal. Gamacho mantiene su propia candidatura, pero ayer afirmaba que no descarta retirarla y apoyar a Lito si éste defiende un modelo de sindicato similar al que persigue su federación. Lo que la construcción tiene claro es que no respaldará "a nadie que pretenda que nada cambie para que todo siga igual", postura que atribuye a Saracíbar.

En estos momentos, la incertidumbre sobre los apoyos que tiene cada candidato es enorme. Hasta hace pocas semanas, parecía indiscutible que Saracíbar contaba con un respaldo mayoritario. Así lo dijo en una reunión interna Redondo, al presentarlo como candidato de consenso. Ahora eso no está tan claro y por ello se ha producido un intento de retrasar un año el congreso, a propuesta de Josu Frade, dirigente de la unión de Euskadi. Esa demora, según Gamacho, "sería un golpe de Estado, porque según los estatutos es imposible", una vez que el congreso ha sido convocado para los días 7, 8, 9 y 10 de abril próximos por el comité confederal, máximo órgano de decisión entre congresos.

Lito cuenta ya con el apoyo del metal -no unánime-, transportes, Cataluña y Asturias; las dos primeras organizaciones son de las más fuertes del sindicato -la segunda y tercera en afiliados-. A Garnacho sólo le respalda de momento la construcción -la séptima de la central-.

Las federaciones discrepantes con la dirección son las que se encuentran más próximas al PSOE. En las pasadas elecciones generales dieron buena prueba de ello algunos dirigentes de construcción y transportes al pedir el voto para el partido socialista; lo tuvieron que hacer a título personal porque el sindicato había aprobado una resolución de neutralidad absoluta.

Manuel Garnacho admitía ayer que se ha producido "una rebelión" contra la estrategia de la dirección por parte de las otras federaciones -"hasta ahora han votado siempre a favor de la gestión de la ejecutiva"-, pero "la rebelión de construcción ha sido permanente", porque vienen votando en contra en prácticamente todos los comités confederales.

Ayer, los responsables de construcción sugirieron la conveniencia de que Nicolás Redondo dimita por la crisis de la PSV, la cooperativa de viviendas de UGT. "En Suecia ha dimitido el presidente de LO por la crisis en una de sus empresas, donde los afectados son trabajadores", dijo Garnacho. Previamente había reconocido que él fue vicepresidente de PSV hasta noviembre de 1992. "Me siento responsable del desastre de PSV, pero más responsable debe sentirse otra persona", en clara alusión a Redondo.

Unidad con CC OO

Esa afirmación fue acompañada de otras críticas muy duras, entre ellas que en UGT se debe producir un importante cambio en el congreso de abril, con"una democratización real" e ir a una organización "que viva en la austeridad, de las cuotas de sus afiliados. Y si hay subvenciones para formación que

se destinen a ello". También afirmó Garnacho que "UGT está en una etapa de regresión importante. Ha cedido protagonismo a CC OO".

En esos movimientos internos de UGT, que se han empezado a producir tras la huelga general, se detecta también el intentó de poner en cuestión la unidad sindical con CC OO. De hecho, Nicolás Redondo ha comunicado al líder de Comisiones, Antonio Gutiérrez, que antes de retirarse quiere dejar bien clara la unidad de acción, e incluso un compromiso de estrategia conjunta para la negociación colectiva.

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