Delecour resistió a Kankkunen y Sainz

El Rally de Montecarlo, que terminó ayer con la victoria del francés François Delecour (Ford), sirvió de anuncio impagable para el Campeonato del Mundo. Cuatro marcas y media docena de pilotos mostraron en la primera prueba de la temporada que pueden luchar por cada triunfo. Entre ellos figura Carlos Sainz y su nuevo coche, el Subaru Impreza, que terminaron en tercera posición. El piloto español quedó a 1m 47s de Delecour, superado también por el finlandés Juha Kankkunen (Toyota).

Sainz tiene razones para estar satisfecho. No ganó su primer rally con Subaru, misión imposible, pero demostró que pronto va a ganar carreras con su nuevo equipo. El coche promete y, con una mayor evolución, será muy competitivo. Lo va a necesitar el campeón español para pelear por el título frente a los representantes de Ford, Toyota e incluso Mitsubishi, todos ellos capaces de vencer este año según se ha visto estos días.El triunfo en Montecarlo correspondió a Delecour porque fue, seguramente, el que más lo necesitaba. El piloto francés (31 años) se cobró una deuda con su propia historia y recuperó el lugar de honor que el destino le robó anteriormente en dos ocasiones. En las dos lo había tenido en la mano y muy al final lo perdió, la primera vez frente a Sainz en 1991 y la segunda contra Didier Auriol en 1993. Ayer no le ocurrió lo mismo y a lo largo de la famosa noche del Turini supo conservar la ventaja adquirida en las etapas precedentes.

De un golpe, Delecour borró dos manchas en su historial y pudo acudir a la cita pendiente con el príncipe Rainiero de Mónaco en la ceremonia de entrega de trofeos. Consiguió por fin el triunfo más prestigioso. Y ni Kankkunen ni Sainz fueron capaces de inquietarle, aunque en la famosa prueba del col de Turini, la que abría la última jornada nocturna, recortaron peligrosamente su ventaja. Después, y pese a que Delecour, influido por los recuerdos, no estuvo fino, la clasificación no cambió más. Los tres protagonistas acabaron satisfechos con sus resultados.

Acabar en el podio

Sainz reconoció que "acabar en el podio la primera carrera con Subaru es importante. La base del coche es buena pero hay que trabajar todavía más, sobre todo en asfalto". Tan animado estaba que se mostraba dispuesto a empezar enseguida: "Si por mi fuera me quedaría dos o tres días haciendo pruebas por las mismas carreteras". Sainz ha recuperado el crédito perdido por culpa de la ausencia de éxitos en 1993.

La tercera posición le reportó los primeros 12 puntos para el mundial pero sobre todo sirvió para confirmar que podrá luchar por el título. La competencia, sin embargo, será numerosa. "Este rally nos ha permitido ver que hay una gran igualdad entre los cuatro coches oficiales que participan en el campeonato", explicó Sainz. "En asfalto sigo pensando que Delecour y el Escort son un poco superiores pero la próxima prueba, en Portugal (1 al 4 de marzo ) con tramos de tierra, puede que sea aún más reñida".

Tras los resultados del Rally de Montecarlo, Delecour y Kankkunen se perfilan como los rivales a batir. El finlandés mostró una sorprendente adaptación al asfalto y el francés, después de su cuarta Victoria en 30 rallies del mundial, es definitivamente uno de los grandes. Su nombre estará siempre a partir de ahora en la nómina de favoritos. También darán que hablar su compatriota Didier Auriol (Toyota), que abandonó el primer día, y el alemán Armin Schwarz (Mitsubishi), ganador de nueve tramos.

Por otra parte, Jesús Puras (Ford gr.N) consiguió un magnífico resultado al terminar noveno y segundo de la categoría de coches de serie.